UCRANIA | Los periodistas no deben ser objetivo de la invasión rusa

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Ante el peligro de que los periodistas sobre el terreno sean blanco de los tanques rusos que entran en Ucrania, Reporteros Sin Fronteras (RSF) pide a los contendientes y a las organizaciones internacionales que garanticen su seguridad.

Como testigos de primera línea de la invasión rusa, los reporteros corren el riesgo de ser alcanzados por los ataques de misiles y los bombardeos que se producen en todo el país. Algunos corresponsales regionales temen verse rodeados y no poder escapar. Otros querrían ser evacuados, pero se encuentran varados como muchos civiles, sobre todo en la ciudad oriental de Kharkiv y la sureña de Kherson.

Además de los periodistas ucranianos, más de 1.000 corresponsales extranjeros han estado sobre el terreno en Ucrania en los últimos días, según las cifras facilitadas por el ejército ucraniano, que expide las acreditaciones.

En el marco de lo que denomina la «desnazificación» de Ucrania, el Kremlin ha elaborado una lista de personas que «van a ser asesinadas o enviadas a campos», según el Gobierno estadounidense. Los integrantes de la lista no han sido nombrados, pero al parecer incluyen a periodistas.

«Conocemos los métodos de Rusia», declara Jeanne Cavelier, responsable de la sección de Europa del Este y Asia Central de RSF. «Los periodistas son objetivos principales, como hemos visto en Crimea desde su anexión en 2014, y en los territorios controlados por los separatistas respaldados por el Kremlin en la región de Donbass. Hacemos un llamamiento a las autoridades rusas y ucranianas para que respeten sus obligaciones internacionales en materia de protección de los periodistas durante los conflictos, y a los organismos internacionales para que garanticen el cumplimiento de la obligación de adoptar medidas de protección. También pedimos a las embajadas de los gobiernos presentes en Ucrania que concedan asilo a los periodistas siempre que sea necesario.»

Tanto la resolución 2222, adoptada en 2015 por el Consejo de Seguridad de la ONU (del que Rusia es miembro permanente), como el derecho internacional humanitario exigen que los periodistas estén protegidos durante los conflictos armados en la misma medida que cualquier civil, incluso cuando acompañan a las fuerzas militares para informar. Diez periodistas fueron asesinados en el punto álgido del conflicto en la región oriental de Donbass entre 2014 y 2016.

 

Censura de la información sobre la «operación especial»

Esta guerra también se desarrolla a nivel informativo. Circulan muchos rumores y se han producido ciberataques contra al menos dos medios de comunicación ucranianos: la web de Kanal 5, un canal de televisión propiedad del expresidente Petro Poroshenko, y el Kyiv Post, un periódico en inglés propiedad del empresario progubernamental Adnan Kivan.

En Rusia, las autoridades han impuesto la censura a la información sobre la «operación especial» en curso. Roskomnadzor, el regulador de los medios de comunicación rusos que figura en la lista de depredadores de la libertad de prensa digital de RSF, ha dicho a los medios que deben «utilizar únicamente la información y los datos que reciben de fuentes oficiales rusas», o de lo contrario podrían ser procesados por difundir información falsa.

En esta última fase, el Kremlin continúa la narrativa que ha desarrollado en las últimas semanas, y que culminó con el discurso del presidente Vladimir Putin de hace tres días, en el que responsabilizó al gobierno ucraniano de cualquier incursión que Rusia tuviera que hacer en el territorio de su vecino.

Rusia ocupa el puesto 150 de 180 países en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2021 de RSF, mientras que Ucrania ocupa el puesto 97.