Prevenir la guerra de la información: RSF propone un sistema de protección de los espacios democráticos de información

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Con motivo de la tercera Conferencia Mundial por la Libertad de los Medios de Comunicación, que se celebra en Estonia los días 9 y 10 de febrero, Reporteros Sin Fronteras (RSF) propone un innovador mecanismo de reciprocidad basado en principios universales para proteger el periodismo y las democracias.

Con motivo de la reunión de la Coalición por la Libertad de los Medios (MFC), que se celebra en Tallin (Estonia) los días 9 y 10 de febrero, para la tercera Conferencia Mundial por la Libertad de los Medios, RSF presenta una solución innovadora para proteger la democracia, un mecanismo de reciprocidad basado en principios universales y adaptado a la nueva realidad tecnológica y jurídica. El secretario general de RSF presentará esta propuesta en el evento organizado en el marco de esta campaña iniciada en 2019 por el Reino Unido y Canadá, que actualmente reúne a 50 Estados. La coalición está presidida actualmente por Canadá y los Países Bajos.

La globalización de las noticias y la información ha provocado un desequilibrio en el que los países “cerrados” controlan su espacio informativo mientras que el espacio informativo de los países democráticos permanece abierto. Esta asimetría permite a los regímenes dictatoriales y autoritarios exportar su propaganda mientras se cierran a las noticias e informaciones producidas en condiciones de libertad, y les da una ventaja competitiva que debilita el periodismo y, más ampliamente, la democracia.

¿Cómo podemos proteger la libertad de expresión y apoyar el periodismo, evitando al mismo tiempo que las democracias se vean socavadas por las operaciones de desinformación de los regímenes despóticos y autoritarios? Esa es la cuestión.

 

Sistema de protección

 

En su documento, titulado Proteger el espacio informativo democrático contra los regímenes autoritarios, RSF recomienda crear un sistema de protección para reducir las asimetrías, que fomente la libertad de expresión y la libertad de prensa a nivel mundial. Se propone un marco jurídico detallado, desarrollando un concepto esbozado el 27 de abril.

El sistema propuesto a los gobiernos democráticos consta de dos medidas: por un lado, la igualdad de trato para todos los medios audiovisuales que emitan en espacios democráticos y, por otro, un mecanismo de reciprocidad que condicione la apertura de los espacios públicos democráticos a una apertura recíproca.

 

Igualdad de trato

 

En primer lugar, con el actual sistema de regulación de los medios de comunicación audiovisual, los medios de comunicación con sede en la Unión Europea están sujetos a una serie de requisitos que los que tienen su sede en otros lugares, que utilizan los operadores digitales y por satélite para emitir en Europa, pueden evitar en gran medida. Esto da lugar a un mercado de medios de comunicación de dos niveles en el que los medios de comunicación extranjeros que emiten contenidos propagandísticos o manipuladores pueden burlar los principios democráticos que deben seguir los medios de comunicación europeos. El permiso de emisión concedido a la cadena de televisión estatal china CGTN es un ejemplo reciente.

En virtud del principio de igualdad de trato, se exigiría lo mismo a todos los medios de radiodifusión, independientemente de su país de origen y de la forma en que se emitan sus contenidos, ya sea por aire, por satélite o a través de operadores digitales. Estos requisitos incluirían el respeto al pluralismo periodístico, la honestidad y la independencia, y el respeto a la dignidad humana. Los medios de comunicación que no cumplieran estos requisitos no estarían autorizados a emitir por ninguno de estos canales.

 

Mecanismo de reciprocidad

 

El segundo componente de la propuesta, el mecanismo de reciprocidad basado en principios universales, establecería salvaguardias para el acceso al espacio informativo en los países democráticos. Su objetivo sería reducir las asimetrías entre los espacios autoritarios y democráticos para fomentar la mayor apertura posible y promover la libertad, la independencia, el pluralismo y la fiabilidad de la información.

Sobre la base de un procedimiento equitativo en toda regla, los productores de contenidos y los organismos de radiodifusión de los “países de origen” podrían ser objeto de medidas específicas si el espacio público de estos países está cerrado y el nivel de respeto de la libertad de opinión y expresión y de la libertad de prensa no es satisfactorio, y si producen o distribuyen intencionadamente información manipuladora o falsa.

El grado de apertura de los países fuente y su nivel de respeto a la libertad de opinión y de expresión serían evaluados por un organismo independiente sobre la base de una metodología definida por las instituciones democráticas. Podría basarse en las metodologías utilizadas por organizaciones como RSF, IDEA, Freedom House y Transparencia que evalúan el nivel de democracia en diferentes políticas.

Se buscaría un diálogo permanente con las autoridades competentes de los países de origen con el objetivo de promover los estándares internacionales y, en última instancia, conseguir que estos países cerrados se abran. Las autoridades democráticas competentes, especialmente los parlamentos, recibirían informes periódicos sobre el progreso de este diálogo.

Cuando no se respete la reciprocidad, podrían aplicarse medidas proporcionadas a los actores afectados en función de su grado de sumisión a las autoridades de su país y de sus prácticas manipuladoras. La aplicación de las medidas de protección se encomendaría a una autoridad administrativa independiente cuyas decisiones podrían ser recurridas según el derecho común. Las medidas de restricción o bloqueo del acceso sólo se adoptarían como último recurso.

El mecanismo propuesto por RSF se ajusta a las normas internacionales de derechos humanos, a la legislación europea (de radiodifusión y digital) y a la de la OMC. Se inspira en el Mecanismo de Ajuste en las Fronteras del Carbono (CBAM), el reglamento propuesto por la UE para la protección contra la coacción económica de terceros países y la Convención de la UNESCO sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales.

“Las democracias no deben aceptar una asimetría que dé ventaja a los regímenes dictatoriales y autoritarios”, defiende el secretario general de RSF, Christophe Deloire. “Es hora de que establezcan un sistema de protección eficaz y legítimo para que el espacio informativo globalizado no favorezca la desinformación en detrimento de las noticias y la información libremente difundidas, independientes y pluralistas”.