BIRMANIA | La justicia niega la libertad a los periodistas de Reuters mientras el Ejército reconoce parte de los hechos que investigaban

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Reporteros Sin Fronteras condena la ilógica decisión de ayer de un tribunal de Yangon de rechazar la solicitud de libertad para los dos periodistas de Reuters detenidos arbitrariamente desde el 12 de diciembre. RSF pide a la comunidad internacional que reaccione para presionar a Birmania.

El juez ha considerado que el testimonio de dos testigos de la acusación tenía alguna base y ha rechazado por ello la solicitud de archivo del caso contra los dos periodistas, Wa Lone y Kyaw Soe Oo, acusados de violar la Ley de Secretos Oficiales del país.

Los dos periodistas de Reuters están pagando por su profesionalismo en su trabajo de investigación en la masacre de civiles de la comunidad Rohingya por parte del Ejército, en septiembre de 2017, en la localidad de Inn Dinn, durante operaciones en el noroeste del estado de Rakhine, en lo que Naciones Unidas calificó de “limpieza étnica” que contiene “elementos de genocidio”.

La víspera de la audiencia de ayer, el Ejército anunció que siete soldados habían sido sentenciados a diez años de trabajos forzados por sus acciones “participando en los asesinatos” de Inn Dinn.

“No hay ninguna consistencia legal entre la decisión del juez y la condena a siete soldados anunciada el día anterior”, afirma Daniel Bastard, responsable de la oficina de Asia – Pacífico de Reporteros Sin Fronteras. “Wa Lone y Kyaw Soe Oo se enfrentan a una posible condena a 14 años de cárcel por informar de unas actuaciones que el propio Ejército ha reconocido».

“Todo en este caso -que ha fabricado pruebas, violado el procedimiento y cambiado los testimonios- es una cruda manipulación orquestada por los servicios de seguridad. Si el gobierno liderado por Aung San Suu Kyi quiere recuperar la credibilidad internacional debe mostrar su claro compromiso con la libertad de prensa y permitir la libertad de estos dos periodistas”.

Naciones Unidas, Estados Unidos y la Unión Europea han pedido de forma repetida su puesta en libertad. Bill Richardson, veterano diplomático estadounidense que dimitió en febrero de un equipo internacional de asesoría al gobierno de Suu Kyi, asegura que se puso “furiosa” cuando se sugirió que los dos periodistas fuesen liberados.

Desde el pasado mes de septiembre, Reporteros Sin Fronteras ha presionado a Suu Kyi por la violaciones a la libertad de prensa en Birmania, resultado de la crisis en el estado de Rakhine en agosto de 2017 y el exilio de aproximadamente 700.000 miembros de la comunidad musulmana Rohingya al vecino Bangladesh.

La obstrucción a periodistas que han intentado cubrir esta tragedia ha ido acompañada de una creciente violencia en los mensajes de odio antimusulmanes en la red social Facebook. En marzo, expertos de naciones Unidas afirmaron que Facebook había tenido un “papel determinante” en exponenciar el conflicto en Birmania.

Seis organizaciones civiles del país escribieron una carta abierta a la red social fundada por Zuckerberg la semana pasad criticando que no atajara los “virulentos discursos de odio” y “rumores viciados” pese ha haber sido advertido previamente por estas organizaciones.

La situación actual de Birmania es una clara ilustración de cómo la censura y la desinformación pueden frustrar todos los esfuerzos para llevar a un país a la democracia.

Birmania ocupa el puesto 131 de los 180 países que conforman la actual Clasificación Mundial de la Liberta de Prensa elaborada anualmente por Reporteros Sin Fronteras.

Consulta más información sobre Birmania-Myanmar en el Informe Anual elaborado por RSF-España.