LIBERIA | El virus del Ébola amenaza también a la libertad de información

0
3419
| El virus del Ébola amenaza también a la libertad de información
08.09.2014 21:08

Mientras el virus del Ébola continúa extendiéndose en Liberia, las autoridades han reforzado su control sobre los medios de comunicación nacionales en las últimas tres semanas, a pesar de que el libre flujo de noticias e información es esencial para el control de esta crisis de salud pública.

Reporteros Sin Fronteras se pregunta si la libertad de información es una de las víctimas colaterales de la epidemia de Ébola. El Sindicato de Prensa de Liberia escribió a la ministra de Justicia, Christiana Tah, el 4 de septiembre para dar la voz de alarma sobre las últimas violaciones de la libertad de información.

Los diarios nacionales de Liberia han sufrido continuas cortapisas desde que comenzase el brote de Ébola. El diario de investigación FrontPage África recibió la orden de apagar su generador; la policía ha interrogado a la dirección de Women Voices y el toque de queda ha impedido a los periodistas salir de noche. El National Cronicle lleva tres semanas cerrado.

La carta que el Sindicato de Prensa de Liberia envió a la ministra de Justicia subrayaba que los periodistas querían contribuir a combatir la epidemia de Ébola, a la vez que lamentaba el hecho  y deploraron el hecho de que, en esta crisis nacional, el papel de los medios estaba siendo restringido y bloqueado.

“Apoyamos la respuesta del Sindicato de Prensa de Liberia a estos inquietantes acontecimientos”, ha recalcado la asistente de investigación de Reporteros Sin Fronteras, Virginie Dangles.

“Semejantes violaciones de la libertad Tales medios son inaceptables. La crisis de salud pública de Liberia no debe utilizarse como pretexto para tomar medidas enérgicas contra los medios de comunicación. Al contrario, los medios de comunicación deben participar tanto como sea posible para proporcionar a la población información constante sobre el estado de la epidemia, la respuesta del gobierno y las medidas preventivas que se vayan a adoptar”.

La policía se presentó en la sede de FrontPage África el 1 de septiembre y ordenó apagar el generador con el argumento de que estaba causando contaminación. Esto hizo que fuera imposible producir e imprimir el periódico. Otras empresas cercanas, sin embargo, pudieron seguir utilizando sus generadores.

FrontPage África ya fue cerrado durante meses, entre agosto y noviembre de 2013, y su director, Rodney Sieh, fue detenido.

La policía interrogó a la directora de Women Voices, Helen G. Nah , el 30 de agosto, sobre una historia publicada en la edición del día anterior titulad “Policías acusados ​​de corrupción por el dinero del Ébola: los suboficiales lloran por la injusta distribución del dinero de la operación”. Aunque no se formuló ningún cargo contra ella, fue interrogada durante varias horas.

En las últimas semanas la capacidad de hacer periodismo de investigación se ha reducido considerablemente. Al proclamarse el estado de excepción a comienzos de agosto, la presidenta Elaine Johnson Sirleaf advirtió de que ciertos derechos, incluidos los derechos de los medios de comunicación, se reducían. El toque de queda impuesto el 19 de agosto, prohibía a cualquiera, entre ellos a los periodistas, salir después de las 9 de la tarde.

El 14 de agosto, cinco días antes de de dictar el toque de queda, la policía irrumpió en el National Chronicle, rompió la puerta principal, y lanzó gases lacrimógenos en el interior. Los agentes se incautaron de dos computadoras y detuvieron al jefe de noticias, Emmanuel Mensah, al informático Emmanuel Logan y al editor de noticias Philibert S. Browne. Maltratados en el momento de su detención, los tres periodistas fueron después puestos en libertad.

El periódico, que ha estado cerrado desde el ataque, acababa de publicar una serie de artículos críticos con el hijo de Fumba Sirleaf, director de la Agencia de Seguridad Nacional.

El día en que el National Chronicle fue cerrado, el ministro de Información Lewis Brown había pedido a los periodistas que redujeran su cobertura.

“Estamos en estado de emergencia”, dijo. “Estamos empezando a ver todo tipo de reportajes, como si estuviéramos en tiempos normales. Por favor, por favor, si usted no puede ayudarnos, no nos hagan daño. Ésa es la última advertencia que escuchará de mí”.

Liberia ocupa el puesto 89 -entre 180 países- en la Clasificación Mundial de la libertad de prensa 2014 de Reporteros Sin Fronteras.