IRÁN | Los periodistas encarcelados sufren un trato cruel, inhumano y degradante en las prisiones

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Reporteros Sin Fronteras (RSF) expresa su gran preocupación por el trato que reciben los periodistas encarcelados en Irán, a quienes se les niega sus derechos más básicos, incluida la asistencia médica esencial, las visitas de sus familiares y llamadas telefónicas.

Quienes intentan denunciar las condiciones en la cárcel acaban pagándolo en forma de castigos arbitrarios. Entre ellos se encuentra Kayvan Samimi Behbahani, de 73 años, conocido editor de la publicación mensual Iran Farda y presidente de la Asociación para la Defensa de la Libertad de Prensa. Detenido desde diciembre de 2020, cumple una condena de un año por “propaganda antigubernamental”.

En un mensaje de voz desde la prisión de Evin, en Teherán, denuncia que se le han negado sus derechos a visitas y llamadas telefónicas con su familia como castigo desde febrero. “Once de mis compañeros detenidos y amigos que me ayudaron a ponerme en contacto con mi familia están siendo amenazados”, ha afirmado Samimi Behbahani. Las autoridades se niegan a reducir su condena en virtud de una disposición legal para los detenidos mayor edad que ya no pueden soportar las condiciones de la cárcel.

Alieh Motalebzadeh, fotoperiodista y vicepresidenta de la Asociación por la Defensa de la Libertad de Prensa, está cumpliendo una condena de tres años desde octubre de 2020 por “reunirse y conspirar contra la seguridad nacional”. También ha sido víctima de este tipo de castigos. Tiene prohibidas las visitas desde el 7 de septiembre y ya no puede llamar a su familia.

“Ha recibido un castigo de dos meses por la administración de la prisión de Evan por unirse con otros detenidos para denunciar los problemas de salud en la cárcel relacionados con el Coronavirus”, ha informado un guardia de la prisión a su marido.

Negarles la atención médica es otro de los métodos que usan las autoridades iraníes para presionar a los periodistas encarcelados. A Khosro Sadeghi Borjenu, freelancer y miembro de la Asociación de Periodistas Independientes en Teherán, se le ha negado una atención médica adecuada durante los últimos dos meses aun habiéndose desmayado varias veces. Las autoridades penitenciarias no permiten que lo examinen en un hospital externo y en la enfermería de la prisión solo le proporcionan corticosteroides, que son dañinos para su salud, según afirma su familia.

“Estamos muy preocupados por la situación de los periodistas encarcelados en Iran”, ha afirmado Reza Moini, jefe del departamento para Irán y Afganistán de RSF. “En virtud del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, del que Irán es parte, poner en peligro la vida de los detenidos, negarles atención médica o visitas y aislarlos constituye una violación de la prohibición de la tortura y de los tratos crueles, inhumanos o degradantes”.

Irán ocupa el puesto 174 de los 180 países que componen la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2021 de Reporteros Sin Fronteras.