IRÁN | Internauta condenado a probar su verdadera fe a riesgo de ser sentenciado a muerte por segunda vez

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| Internauta condenado a probar su verdadera fe a riesgo de ser sentenciado a muerte por segunda vez
02.10.2015 11:43
Las autoridades iraníes han condenado a siete años y medios de cárcel al internauta Soheil Arabi, después de que el Tribunal Supremo del país hubiera anulado su condena a muerte inicialmente impuesta en 2014. A cambio, la sentencia actual obliga a este habitual usuario de Facebook a pasar dos años bajo observación y a probar su arrepentimiento para evitar ser condenado de nuevo a pena de muerte.
En los dos próximos se le preguntarán temas religiosos cuya respuesta debe obtener de la lectura de 13 libros de teología del Islam, de los que debe escribir resúmenes y un ensayo sobre teología y religión. Además, debe mantener una correspondencia regular con el Centro para la Investigación Religiosa del Imam Khomeini. Dicha correspondencia será posteriormente analizada por el tribunal, junto con otros escritos en los que debe probar su arrepentimiento y verdadera fe. De no hacerlo, volverá a ser condenado a pena de muerte.
“Esta nueva sentencia es medieval”, afirma Reza Moini, responsable de la oficina de Irán/Afganistán de Reporteros Sin Fronteras. “Arabi ha reiterado en repetidas ocasiones que no pretendía ofender a la religión y ha sido torturado por ello por parte de un sistema judicial controlado por Ali Jamenei que pretende infundir el miedo entre los internautas y que contradice las propias leyes iraníes. Pedimos a Relator Especial de Naciones Unidas su intervención en este asunto para anular esta sentencia”, añade Moini. 
Soheil Arabi fue detenido el 27 de diciembre de 2013 por la Guardia Revolucionaria y fue trasladado a la sección de seguridad de la cárcel de Evin, donde estuvo en régimen de confinamiento en solitario durante dos meses, en los que fue maltratado para obtener una confesión que le vinculara con la creación de una red en Facebook para blasfemar contra el Islam y criticar al Gobierno. 
En marzo de 2014 un tribunal revolucionario de Teherán le condenó a tres años de cárcel y 30 latigazos por cargos de “propaganda antigubernamental, insultar a agentes del Gobierno, al Líder Supremo e insultar lo sagrado”. 
El tribunal de apelación confirmó la sentencia, pero, en agosto de 2014, tras las presiones de la guardia revolucionaria, fue acusado nuevamente de “insultar al Profeta del Islam, los imanes sagrados chiíes y el Corán”, por lo que fue condenado a pena de muerte bajo el artículo 262 del código penal iraní.
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