INTERNACIONAL | Las ‘noticias falsas’, una herramienta de censura en manos de los Depredadores de la Libertad de Prensa

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| Las ‘noticias falsas’, una herramienta de censura en manos de los Depredadores de la Libertad de Prensa
16.03.2017 20:18

Los Depredadores de la Libertad de Prensa se aprovechan del concepto de «noticias falsas» para amordazar a los medios con el pretexto luchar contra la información falsa. Son muchos los que se han agarrado a las recientes declaraciones del presidente estadounidense, Donald Trump, para justificar sus políticas represivas. Esta peligrosa tendencia preocupa a Reporteros Sin Fronteras (RSF).

«Tenemos que hablar para averiguar lo que está pasando, porque la prensa, sinceramente, está fuera de control. El nivel de indecencia está fuera de control», afirmó Trump en una rueda de prensa en Washington el pasado febrero.

Al dirigirse a los periodistas de esta manera, el presidente de Estados Unidos acabó con una larga tradición estadounidense de promoción de la libertad de expresión y envió un potente mensaje a quienes censuran a la prensa. El diario The Washington Post lo llamó «un regalo a los tiranos de todas partes».

En enero, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan respaldó las últimas acusaciones de Trump sobre que la cadena de televisión CNN era culpable de difundir «noticias falsas» en su cobertura de las relaciones entre el presidente de Estados Unidos y Rusia.

Una advertencia a los medios de comunicación

El primer ministro de Camboya, Hun Sen, parecía haber tomado ejemplo del mandatario estadounidense cuando dijo a los periodistas en febrero que «Donald Trump entiende que son un grupo anárquico».

Dos días antes, su portavoz emitió lo que llamó una advertencia a los medios de comunicación extranjeros, amenazó con «aplastar» a los que ponen en peligro la «paz y estabilidad» y citó el trato que Trump da a la prensa para justificar el aviso.

«La llamada lucha contra las noticias falsas se ha convertido en un instrumento de propaganda para los Depredadores de la Libertad de Prensa», afirma el secretario general de Reporteros Sin Fronteras, Christophe Deloire. «Para los usuarios de Internet, por supuesto, es más necesario que nunca desenmarañar la realidad entre la ficción en el flujo de información. Sin embargo, la lucha contra las noticias falsas debe hacerse mediante la promoción del periodismo libre e independiente como fuente de información fiable y de alta calidad».

Rusia prohíbe legalmente la «difusión de información falsa»

El regulador de telecomunicaciones de Rusia está preparando un proyecto de decreto diseñado pura y simplemente para bloquear todo contenido en el que haya información falsa. Antes de la declaración de Trump, Rusia –que ocupa el puesto 148 en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de RSF- ya había convertido el «no difundir información falsa» en un requisito para que los blogueros pudieran operar legalmente. La lucha contra la «información engañosa» ha sido una característica típica de la Rusia post-soviética. El proyecto de ley, imitado por varios países como Uzbekistán, tiene margen de maniobra suficiente para permitir la censura más amplia posible.

Desde julio de 2016, se requiere que los agregadores de contenido comprueben la veracidad de las informaciones que publican cuando no vienen de los medios de comunicación registrados en Rusia, so pena de exponerse a duras sanciones.

El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso ha publicado una nueva sección en su web oficial dedicada a desenmascarar falsas noticias antirrusas publicadas por agencias de noticias internacionales.

La cadena de noticias de televisión Russia Today, financiada por el gobierno ruso, llegó más lejos y estableció su propio servicio de verificación de datos en marzo. Otros medios de comunicación estatales de Rusia, como la agencia de noticias RIA Novosti, también han tratado de aprovechar el mal definido fenómeno de las «noticias falsas» para poner en marcha sus propias secciones de «Guerra de los medios», destinadas a señalar las mentiras occidentales y los ataques a los medios rusos.

Castigar las «noticias falsas» niega a los periodistas el derecho a equivocarse

En el África subsahariana, se abusa a mendo del concepto de noticias falsas para presionar a los periodistas. Las leyes de algunos países prevén sanciones severas sin tener en cuenta las intenciones de los periodistas, que a veces simplemente cometen errores.

En cualquier caso, la sanción es desproporcionada en relación con la gravedad de la noticia, aunque se trate de un error. En Costa de Marfil, por ejemplo, insultar al jefe de estado o la difusión de noticias falsas puede ser suficiente para que un periodista sea puesto bajo custodia, a pesar del hecho de que dichos delitos estaban destinados a ser despenalizados en virtud de la ley de prensa de 2004.

El mes pasado, seis periodistas de alto rango de Costa de Marfil, entre ellos directores de periódicos, fueron detenidos e interrogados en Abiyán, acusados de «publicar noticias falsas» sobre un motín del ejército a principios de ese mes.

En Madagascar, el nuevo código de comunicaciones ha sido fuertemente criticado por los periodistas por referirse al código penal para los delitos de prensa, lo que puede dar lugar a la criminalización de la profesión. Se prevén fuertes multas por infracciones que van desde los insultos a la difamación, y menciona la difusión de «noticias falsas», un delito impreciso que elimina el derecho de los periodistas a cometer errores.

En Somalia, el canal Universal TV fue suspendido el 5 de marzo por difundir información falsa que, supuestamente, había amenazado la estabilidad y la paz de la región, después de que hablaran sobre los viajes al extranjero del presidente.

El control de la información, clave para quienes quieren imponer su versión de los hechos

El gobierno de Sudáfrica planea instaurar un sistema de control de los medios digitales para hacer frente al «reto» de las «noticias falsas». Es probable que la creciente hostilidad hacia los medios tenga sus raíces en la crisis sin precedentes que atraviesa el partido del presidente Jacob Zuma, el Congreso Nacional Africano, cuyos dirigentes tienden cada vez más a silenciar las voces disidentes.

En Burundi, el control de las noticias y la información es una cuestión clave para las autoridades gobernantes. El gobierno fomenta la idea de que los medios de comunicación son partidistas y de que existe un complot internacional contra el país. Desde 2015, cualquier noticia o declaración se interpreta inmediatamente como a favor o en contra del gobierno y el objetivo de las autoridades es imponer su versión de los hechos como la única.

En Egipto, es habitual que se acuse a los periodistas ​​de difundir información falsa cada vez que critican al gobierno o informan sobre cuestiones delicadas que molestan al poder. Esta práctica generalizada conduce a la autocensura entre los periodistas en su cobertura de los acontecimientos por miedo a unirse a la larga lista de colegas que han sido procesados ​​y encarcelados.

El periodista de investigación Ismail Alexandrani, experto en la península del Sinaí, lleva retenido desde su detención en el aeropuerto de Hurghada, en el Mar Rojo, en noviembre de 2015, por los cargos de publicar información falsa y ser miembro de los Hermanos Musulmanes.

En Bahréin, el destacado periodista ciudadano y defensor de los derechos humanos, Nabeel Rajab, fue acusado el pasado diciembre de publicar noticias falsas sobre el reino de Bahréin en un caso de delito informático. Podría ser condenado a dos años de prisión por este último cargo, que tiene su origen en las entrevistas que concedió en 2014 y 2015 a televisiones locales y regionales en las que habló de los derechos humanos en el país.

Noticias falsas en manos de políticos franceses

El uso del concepto de «noticias falsas» para silenciar a los medios críticos no se ciñe exclusivamente a países autoritarios o conocidos por socavar la libertad de prensa. En Francia, el Frente Nacional (FN) –por medio de su vicepresidente, Florian Philippot- ha categorizado con frecuencia el trabajo de los periodistas como «noticias falsas». El FN puso en marcha «una alerta de noticias falsas en tiempo real» el 9 de febrero, durante el programa l’Emisión politique del canal France 2, espacio en el que participaba la líder del partido Marine Le Pen. Se publicaron online 20 alertas en tiempo real, y «los miembros del equipo del FN, consideran que los periodistas de France 2 divulgan noticias falsas».

Por su parte, el candidato presidencial François Fillon, acusó a los canales televisivos de noticias de informar falsamente de que su esposa se había suicidado… antes de admitir que no se había difundido semejante noticia.

En Italia, Beppe Grillo, el líder del movimiento de Cinco Estrellas, acusó a los periodistas italianos de «fabricar noticias falsas» diseñadas para dañar a su partido. Hizo un llamamiento para que se creara «un jurado popular que determinase la veracidad de las noticias publicadas».

El sindicato de periodistas FNSI afirmó que se trataba de un «linchamiento de todos los periodistas», y Cinco Estrellas respondió que los propios periodistas eran responsables de la baja clasificación de Italia en la Clasificación Mundial de Libertad de Prensa.

Preocupación en la ONU por el aumento de noticias falsas

En una declaración conjunta publicada el 3 de marzo de 2017, las Naciones Unidas, la OSCE, la Organización de Estados Americanos y la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, constataron también que las «noticias falsas» se utilizaban tanto para promover la propaganda de Estado como para ir contra la libertad de prensa. «Las leyes penales sobre difamación deberían ser derogadas», señalan las organizaciones. La ONU recomienda luchar contra las fake news promoviendo la información fiable.