UZBEKISTÁN | Ponen en aislamiento a Muhammad Bekjanov, uno de los periodistas que más tiempo lleva preso en el mundo

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| Ponen en aislamiento a Muhammad Bekjanov, uno de los periodistas que más tiempo lleva preso en el mundo
17.12.2016 22:44
  • Un grupo de organizaciones, entre ellas Reporteros Sin Fronteras, denuncian el confinamiento de este periodista y temen que se vaya a prolongar su condena una vez más.
  • Bekjanov dirigía el principal periódico de oposición y está encarcelado desde 1999.
  • Su salud de se ha deteriorado en la cárcel por los malos tratos y las lamentables condiciones, algo que puede agravarse con el régimen de aislamiento.

Las autoridades carcelarias de Uzbekistán han puesto en régimen de aislamiento a Muhammad Bekjanov, uno de los periodistas que más tiempo lleva encarcelado en el mundo, según denunciaron el 17 de diciembre la Asociación para los Derechos Humanos en Asia Central (AHRCA), Freedom House, Human Rights Watch, la Asociación Internacional para los Derechos Humanos (IPHR), el Comité Noruego de Helsinki, Reporteros Sin Fronteras (RSF), y el Foro uzbeko-alemán de Derechos Humanos (UGF).

Bekjanov, de 62 años, ha estado en prisión durante 17 años, y su confinamiento podría ser una señal de que el gobierno se planea prolongar su condena una vez más. Según este grupo de organizaciones, la salud del periodista es deplorable y podría empeorar rápidamente en el régimen de aislamiento. El gobierno uzbeko y el presidente Shavkat Mirziyoyev deben garantizar su puesta en libertad inmediata e incondicional.

“Que hayan confinado al aislamiento a Muhammas Bekjanov es una mala señal; nos hace temer un posible deterioro de su salud y una posible prolongación de su condena”, apuntó Nadejda Atayeva, jefa de la AHRCA. “La comunidad internacional debe hacer todo lo posible por salvarlo”.

Ex director del periódico de oposición más importante de Uzbekistán, Erk (Libertad), Bekjanov está encarcelado desde 1999. Fue galardonado con el Premio Reporteros Sin Fronteras Libertad de Prensa ‘ en 2013.

Está preso en la cárcel Nº 48, en Zarafshon, en la región central Navoiy. Cuando su hermano, Jumanazar Bekjanov, trató de visitarlo el 13 de diciembre de 2016, los funcionarios de prisiones dijeron que estaba en régimen de aislamiento y que no podría recibir visitas hasta el 10 de enero de 2017. Nadie en la prisión ha revelado cuánto lleva aislado ni por qué lo han confinado.

En Uzbekistán es frecuente que las sentencias de los presos políticos sean prolongadas de manera arbitraria con el argumento de que –presuntamente- violaron el artículo 221 del código penal, es decir, por “negarse a cumplir con los requisitos legales de la administración de la prisión”. Estas frases adicionales se imponen normalmente con falsos testimonios y sin el correspondiente juicio. A los presos se les puede alargar sucesivamente la codena de tal forma que, en la práctica, se convierte en una cadena perpetua.

Bekjanov, que tiene una esposa y tres hijos, ya ha sido víctima de esta práctica. Recibió una sentencia adicional de cuatro años y ocho meses en febrero de 2012, pocos días antes de la fecha en que tenían que ponerlo en libertad.

“Las autoridades de Uzbekistán ya le han robado a Muhammad Bekjanov la salud y 17 años de su vida”, expresó Johann Bihr, responsable para Europa del Este y Asia Central de Reporteros Sin Fronteras. “¿Durante cuánto tiempo más van a seguir persiguiendo a este periodista, cuyo único delito fue hacer su trabajo de una manera honesta y valiente?”.

Las asociaciones apuntan también que Bekjanov podría haber sido beneficiado con una amnistía para presos mayores de 60 años aprobada por el Senado de Uzbekistán el 12 de octubre y, por lo tanto, que debería haber sido puesto en libertad inmediatamente. No obstante, los presos políticos, por lo general, suelen estar excluidos de las amnistías dictadas en los últimos años.

“Poner en libertad de forma inmediata a Muhammad Bekjanov y a otros encarcelados por el ejercicio de la libertad de expresión, sería una señal positiva por parte del nuevo presidente, Shavkat Mirziyoyev, que intenta continuar con las reformas y revertir lo terribles datos sobre los derechos humanos de Uzbekistán”, expresó Steve Swerdlow , investigador de Human Rights Watch en Asia Central. “Demostraría que el nuevo líder de Uzbekistán está dispuesto a poner fin a la impunidad de los abusos cometidos durante el largo reinado de Islam Karimov” añadió Brigitte Dufour, directora de IPHR.

Como director de Erk a principios de los 90, Bekjanov trató de abrir un debate sobre asuntos tabú, como el estado de la economía, el empleo del trabajo forzoso en la cosecha del algodón o el desastre ambiental del Mar de Aral. Su hermano, el reconocido poeta y opositor de gobierno Muhammad Salik, fue la única persona que se enfrentó al presidente Karimov en las elecciones de diciembre de 1991.

Karimov se aprovechó de una serie de atentados con bombas en Tashkent, en 1999, para silenciar a los críticos, a los que persiguió judicialmente como cómplices de los ataques. Igual que muchos activistas prodemocráticos, Bekjanov fue tratado de esta manera y condenado a 15 años de prisión. Yusuf Ruzimuradov, periodista de Erk, fue detenido al mismo tiempo que Bekjanov y también sigue en prisión.

Bekjanov ha sido torturado en varias ocasiones en la cárcel. Ha perdido muchos dientes y gran parte de su capacidad auditiva como consecuencia de los malos tratos y de una grave tuberculosis que estuvo sin tratamiento durante mucho tiempo.

En los últimos años, ha sufrido de dolor agudo intermitente, y tiene una hernia inguinal que se desarrolló cuando fue asignado a la fábrica de ladrillos de la prisión. Se ha negado a operarse porque las intervenciones en la cárcel, por lo general, se practican sin anestesia y con poca higiene.

Después de que a la abogada designada por su familia, Polina Braunerg, le denegaran varias veces ver Bekjanov, las autoridades de la prisión, finalmente, le dijeron a principios de este año que tenía que mostrar una carta del periodista preso solicitando su visita. Esto es imposible, ya que él desconoce que ella está actuando como su abogada defensora.

A Braunerg también la están acosando las autoridades. La han seguido constantemente durante hace aproximadamente dos años, y no le permiten viajar al extranjero para recibir tratamiento médico.

Uzbekistán está en el puesto 166, entre 180 países, en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2016 de Reporteros Sin Fronteras. Más, en el Informe Anual de la organización.

Al menos nueve periodistas están actualmente encarcelados en Uzbekistán en relación con su trabajo. Muchos políticos de la oposición, defensores de derechos humanos y otros representantes de la sociedad civil languidecen las cárceles, junto con miles de personas arbitrariamente acusadas de “extremismo religioso”.

Islam Karimov, que gobernó Uzbekistán desde la independencia hasta su muerte, en agosto, fue sucedido por el ex primer ministro Shavkat Mirziyoyev después de unas elecciones de las que la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, OSCE, dijo que eran “carentes de auténtica competencia.”