SUECIA | El informe de RSF «Ataque a los medios públicos suecos» revela las múltiples amenazas a la información de servicio público

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Injerencias políticas, amenazas judiciales y problemas económicos: a esto es a lo que se enfrentan los medios de comunicación públicos en Suecia, donde los casos de acoso en internet no dejan de aumentar. Son las conclusiones del informe “Ataque a los medios públicos suecos”, elaborado por Reporteros Sin Fronteras (RSF) Suecia. El documento también pide a las autoridades que proporcionen protección constitucional a la independencia editorial de los medios de servicio público.

La libertad de prensa sigue sin estar garantizada en un país que se considera un modelo de respeto a esa misma libertad. Esta es la conclusión a la que llega el informe titulado “Ataque a los medios públicos suecos” que acaba de publicar RSF Suecia y en el que se informa sobre las injerencias políticas, las amenazas legales y los problemas económicos de los medios de comunicación públicos suecos.

En Suecia, como en otros países europeos, la crisis del coronavirus ha puesto de relieve la importancia de los medios de comunicación públicos y ha reavivado el debate sobre su independencia. Esto queda reflejado en el número de espectadores de los canales públicos de televisión SVT1 y SVT2, que aumentó un 36% y un 14% en abril, en comparación con el mismo mes del año pasado, lo que demuestra la confianza que los suecos depositan en sus medios de comunicación de servicio público.

Pero los medios públicos están bajo presión política, especialmente la de la coalición gobernante de derechas que pide un control más estricto, recortes presupuestarios y la reducción de competencias. Durante la conferencia del Partido Moderado (liberal-conservador) en 2017, algunos miembros pidieron incluso la eliminación completa de las tres entidades de radiodifusión financiadas por el Estado: la emisora de televisión SVT, la emisora de radio SR y la productora UR. Linus Bylund, miembro del partido de extrema derecha Demócratas Suecos y de la fundación propietaria de las emisoras públicas, consideró en febrero que los periodistas del servicio público deberían ser responsables personalmente del contenido que producen y que deberían estar sujetos a rebajas salariales e incluso al despido si se considera que no son imparciales.

Los casos de intromisión política directa en los medios de comunicación públicos son aún más inquietantes. La línea se cruzó en febrero, cuando un parlamentario presentó una solicitud a la Comisión Parlamentaria de Cultura para que se convocara a los directores de los medios de comunicación públicos para defender los contenidos que su partido consideraba carentes de imparcialidad y objetividad. La petición fue finalmente rechazada.

Al mismo tiempo, el ciberacoso y los ataques a periodistas han aumentado a medida que el debate público se ha ido polarizando. Erika Bjerström, excorresponsal en Estados Unidos y actual corresponsal de temas climáticos en la SVT, es una de las periodistas que ha descubierto lo importante que puede ser la elección de las palabras. Tras un comentario crítico sobre un discurso de Greta Thunberg en Madrid, en diciembre de 2019, fue objeto de una ola de enfurecidos ataques en las redes sociales que incluían acusaciones de ser neoliberal y de estar al servicio de la industria del petróleo. Finalmente se vio obligada a cerrar su cuenta de Twitter.

«Observando la situación en Europa, vemos que los medios de comunicación públicos están amenazados por la falta de financiación y el creciente control político», advierte el presidente de RSF Suecia, Erik Halkjaer. «Debemos salvaguardar el periodismo libre e independiente en Suecia. Por eso debemos proteger su independencia consagrándola en la constitución sueca». La protección constitucional de los medios públicos y su independencia editorial son el tema de una comisión parlamentaria nombrada por el ministro de Justicia en 2018.

El informe de RSF también recomienda mantener el actual sistema de responsabilidad de los editores, además de pedir a las autoridades que investiguen sistemáticamente todas las amenazas y ataques contra los periodistas, y que se persiga a los responsables.

«Suecia, que ocupa el cuarto lugar en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de RSF, se supone que es un modelo en Europa», expone Pavol Szalai, jefe del departamento de RSF para la Unión Europea y los Balcanes. «Garantizar la independencia de los medios públicos suecos es una forma de dar ejemplo a muchos otros países, como Polonia, que – en vísperas de sus próximas elecciones presidenciales – utiliza la televisión pública como herramienta de campaña electoral».

Suecia ocupa el cuarto lugar entre 180 países y territorios en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2020 de RSF.

El informe y el vídeo que lo acompaña pueden verse online (en inglés) en la web de RSF Suecia.