SIRIA / IRAK | Las zonas controladas por el Estado Islámico son ‘agujeros negros’ para las noticias

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| Las zonas controladas por el Estado Islámico son ‘agujeros negros’ para las noticias
23.10.2014 20:02

Reporteros Sin Fronteras: «Condenamos la persecución criminal y fanática del Estado Islámico a los periodistas»

El Estado Islámico  ha ordenado a sus combatientes matar a todos los periodistas que «dañen la imagen de la organización

Los militantes yihadistas del Estado Islámico (EI o ISIS) ejercen una auténtica dictadura informativa en las áreas que controla, en Irak y Siria. Los periodistas locales y extranjeros ya no pueden trabajar con normalidad y las agresiones violentas contra ellos van en aumento.

El Estado Islámico  ha ordenado a sus combatientes matar a todos los periodistas que «dañen la imagen de la organización, y que, por lo tanto, beneficien al gobierno iraquí».

El panorama de los medios de comunicación en Irak y Siria es en este momento desolador: medios cerrados, censurados o que se imponen autocensura; y periodistas amenazados, perseguidos, de tenidos y, en ocasiones, asesinados.

Los periodistas se ven obligados a cubrir los acontecimientos desde la distancia e indirectamente con el fin de protegerse a sí mismos. El resultado es una cobertura parcial y pobre de las regiones desgarradas por los combates entre los yihadistas y las fuerzas gubernamentales.

La confusión en torno a la muerte reportada periodista iraquí Mohanad de Al-Aqidi es una muestra de ello. Secuestrado hace más de dos meses por Estado Islámico, se informó ampliamente de que este ex presentador del canal televisión Al-Mowseliya había sido asesinado por los yihadistas en Mosul el 13 de octubre. La noticia la desmintieron al día siguiente muchos medios de comunicación locales y la familia del periodista.

Este caso pone de relieve el caos mediático imperante y la falta de fuentes fiables tanto en Mosul y como en otras zonas. La información se suprime o resulta inaccesible en las ciudades tomadas o asediadas por el Estado Islámico. Los yihadistas imponen un clima de censura y terror en el que los periodistas no pueden trabajar normalmente.

Periodistas reducidos al silencio en Mosul y la provincia de Salahuddin

«Entre el 60 o el 70 por ciento, al menos, de los periodistas de Mosul han abandonado la ciudad, y los demás se quedan en casa», ha explicado a Reporteros Sin Fronteras una fuente local que ha pedido no ser identificada. El Estado Islámico les habría dicho a los periodistas que o dejan de trabajar, o se arriesgan a ser asesinados. El grupo yihadista decapitó al fotógrafo y cámara iraquí Raad Al Azzaoui en Samarra -en la provincia de Salahuddin- el 11 de octubre.

Según el Observatorio de las Libertades Periodísticas (JFO), el Estado islámico tiene secuestrados en este momento a nueve periodistas y mantiene a otras nueve personas bajo estrecha observación en Mosul y la provincia de Salahuddin por haber trabajado para Sama Salaheddine TV, Al-Fayhaa TV, Al-Ahed TV o Al -Sharqiya TV, cuyas oficinas en Mosul han sido cerrados.

Los únicos medios que funcionan hoy en Mosul son los operados por el propio Estado Islámco, que se ha trasladado a las instalaciones de las emisoras de televisión cerradas y está utilizando sus equipos y material para producir su propaganda.

Llevando cada vez más lejos el terror, el grupo ha distribuido impresos con el sello del “Estado Isllamico” en los que da instrucciones a sus combatientes y les ordena matar a todos los periodistas que «dañen la imagen de la organización y, por lo tanto, beneficien al gobierno iraquí», así como confiscar sus efectos personales.

Según una fuente que pidió el anonimato, los dirigentes del Estado Islámico han ido tan lejos como para recompensar a los combatientes que logren secuestrar a periodistas extranjeros.

«Condenamos la persecución criminal y fanática del Estado Islámico a los periodistas», ha dicho la directora de Programas de Reporteros Sin Fronteras, Lucie Morillon. «El resultado ha sido la desaparición de la cobertura de medios independientes en las zonas que controla, que se han convertido en agujeros negros de información. Este bloqueo informativo tiene un impacto desastroso sobre la población local, la comprensión de la comunidad internacional y la apreciación del conflicto».

Cobertura de los hechos desde la distancia

«Sabemos que los periodistas se arriesgan a ser decapitados por los yihadistas del Estado Islámico, así que, por miedo a sufrir la misma suerte, cubrimos los combates desde una distancia de dos kilómetros», explicó a Reporteros Sin Fronteras Salih Herki, reportero del canal de televisión sirio independiente SNN.

Reporteros Sin Fronteras ha hablado con varios periodistas que han acudido a cubrir las últimas operaciones del Estado islámico en el norte de Siria e Irak. Todos dicen lo mismo. No se atreven a acercarse a la línea del frente o aventurarse directamente en la ciudad kurda de Kobane, en el norte de Siria. El resultado es que gran parte de las noticias que salen de estas áreas las recogen intermediarios locales.

«Es imposible abarcar todo lo que está sucediendo en Kobane (…), es demasiado peligroso para los periodistas que están en el frente», afirma Baran Misko*, periodista sirio de la agencia Aranews. Según cuenta, él mismo ha sido blanco de varios intentos de asesinato y ha tenido que esconderse muchas veces. Añade que usa a civiles locales para reunir información.

Yilmaz Bilgin, reportera kurda de Rega TV, que se encuentra actualmente en Kobane, dijo que hay menos de 100 periodistas -kurdos y extranjeros- cubriendo los enfrentamientos en Kobane y en el lado sirio de la frontera con Turquía.

«No hay suficientes periodistas en las distintas regiones del Kurdistán para dar una imagen completa y precisa de la situación», asegura el periodista de KNN TV Hejar Anwer, que ha informado desde Kobane y desde las regiones de Makhmour y Gwer, en el Kurdistán iraquí. «Los periodistas no están seguros en esta guerra», agregó.

La mayoría de los periodistas entrevistados por Reporteros Sin Fronteras hicieron hincapié en la falta de equipamiento de protección para el personal de los medios de comunicación en las zonas de guerra.

La batalla mediática: ¿otro frente del Estado Islámico?

Los periodistas tienen buenas razones para temer Estado Islámico, que ha cometido las peores atrocidades contra los que tratan de trabajar sin su permiso. Presta una atención meticulosa a su imagen y libra, además de la guerra en el frente, una verdadera batalla mediática para reforzar su influencia mediante la creación de sus propios medios de propaganda y la eliminación de todos los que no siguen su línea.

Según el grupo mediático Syria Deeply, el Estado islámico ha establecido 11 normas no negociables para los periodistas que deseen cubrir sus actividades en la provincia siria de Deir Ezzor. Incluyen demostraciones de absoluta lealtad al «califa» Abu Bakral-Baghdadi, no publicar nada sin la aprobación de la oficina de prensa y respeto de la prohibición de tomar fotos o vídeos en lugares o eventos protegidos.

Los que no cumplan con estas reglas son perseguidos y asesinados. Abdullah Al-Bushi, un joven de 17 años de edad, fue crucificado en público durante tres días por grabar la sede del Estado Islámico en el distrito de Al-Bab de la ciudad siria de Aleppo. El ISIS lo acusó de apostasía por la elaboración y venta de vídeos.

De acuerdo con el Centro de la Secretaría de Estado de Comunicaciones Estratégicas contraterrorismo (CSCC), el Estado Islámico controla cinco canales de televisión en Mosul y dos en la ciudad siria de Raqqa.

Los medios locales e internacionales informaron en julio de que el Estado islámico había creado una emisora de radio llamada Al-Bayan en Mosul, una revista con sede en Raqqa llamada Dabiq con versiones de papel y online, y un canal de televisión por satélite llamado Dabiq en Mosul . Las mismas fuentes dijeron que también tenían la intención de producir un periódico digital llamado Khilafa 2 (Califato 2).

El objetivo principal de estos medios es la defensa de la ideología y la interpretación del Islam y de la Yihad islámica del Estado, que circule propaganda del ISIS con el fin de maximizar el reclutamiento, defender sus acciones y desafiar la visión occidental del mundo. La revista Dabiq publicó un artículo sobre la decapitación de James Foley.

La ofensiva del Estado Islámico en Irak es tal que el gobierno iraquí responde tratando de apretar su propio control sobre los medios de comunicación. El anterior gobierno de Al-Maliki cerró varios medios de comunicación, incluyendo Al-Babelyia TV, Al-Sharqiya TV y Al-Rafidin TV, por, presuntamente, alimentar el sectarismo o no ser «neutral» en su cobertura.

La administración del nuevo primer ministro, Haidar al-Abadi, planea cerrar algunos canales de televisión (por vencimiento de licencia) y el propio Abadi ha hecho hincapié en la necesidad de evitar la difusión de rumores y de trabajar con los medios de comunicación para luchar contra el terrorismo generalizado del Estado Islámico. Instando a los medios de comunicación a ser objetivos, dijo que «el 70 por ciento del enemigo de guerra es psicológico».

Siria entera ha sido zona en negro para los periodistas desde el comienzo del levantamiento en marzo de 2011, con cientos de periodistas y periodistas ciudadanos detenidos, secuestrados o asesinados por las distintas partes en el conflicto. Actualmente, el gobierno tiene detenidos a alrededor de 40 periodistas y periodistas ciudadanos.

«Condenamos el fracaso de las autoridades para tomar medidas encaminadas a la protección de los trabajadores de los medios en zonas de guerra», dijo la subdirectora de programas de Reporteros sin Fronteras, Virginie Dangles. «Los periodistas están atrapados en el fuego cruzado: por un lado, víctimas del acoso del gobierno iraquí y sirio, por el otro, violentamente atacados por grupos armados como el Estado Islámico».

En total, dos periodistas extranjeros, ocho periodistas sirios y un periodista iraquí han sido hasta ahora asesinados por el Estado Islámico. En este momento, el ISIS tiene como rehén a un periodista extranjero. En Irak, unos nueve periodistas iraquíes han sido secuestrados, y unos 20 periodistas sirios han desaparecido o están en manos de EI y de otros grupos armados en Siria.

Irak está en el puesto 153 -entre 180 países- en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2014 de Reporteros Sin Fronteras índice de libertad de prensa. Siria ocupa la posición 177. Más sobre Siria e Irak, en el Informe Anual de la organización.

(*) Por razones de seguridad, algunos de los periodistas citados han preferido ser identificados por seudónimos.