Si no lo contamos, no existe

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31.05.2010 09:53

Publicado en El Adelantado de Segovia, mayo 2010

“Ir al sitio y contarlo”. Así es como precisa Aurelio Martín, el trabajo de los profesionales de la información, de los cronistas de los reporteros de guerra, en el prólogo del libro “Seguiremos informando” que se editó con motivo del XXV aniversario del premio Cirilo Rodríguez. Aurelio, excelente comunicador y “alma mater” de este prestigioso galardón, sabe bien de lo que habla. Creo que esa definición se complementa a la perfección con el lema de Reporteros sin Fronteras, “Si no lo contamos, no existe”. El segundo aforismo evidencia la razón del primero porque la consecuencia nefasta del no cumplimiento de ambos es que cae la impunidad sobre tantos crímenes contra los derechos humanos que se cometen a diario en todo el mundo.

Como dice Eugenio Scalfari -fundador del prestigioso diario italiano “La Repubblica”- “los periodistas son gente que cuenta a la gente lo que le pasa a la gente”. Así de simple. Así de trascendental. Scalfari también afirma que el “periodismo es un oficio cruel”. Y lleva razón por cuanto el del periodista es un trabajo arduo en si mismo por los esfuerzos personales que exige, difícil por las presiones que a menudo se sufren, arriesgado porque en demasiadas ocasiones el precio a pagar es la libertad o la vida.

De todo ello saben mucho los ganadores del Cirilo Rodríguez cuyas trayectorias profesionales constituyen una referencia ética para quienes se esfuerzan a diario por dignificar el ejercicio de esta profesión, actualmente tan zarandeada por diversos factores que amenazan con hundirla en el desprestigio: precariedad laboral, concentración de medios, leyes “liberticidas”, predominio de los intereses económicos y políticos, autocensura. También, el impacto de la crisis global seguramente mayor que en otros sectores a causa del esfuerzo de adaptación del periodista a los nuevos medios, tecnologías y soportes.

En estas terceras jornadas de Periodismo en lo Global, este año se va a analizar la experiencia de las corresponsales y enviadas especiales, en los lugares en conflicto. Este planteamiento comporta algunos interrogantes. ¿Las crónicas de guerra de las periodistas son diferentes de las de los periodistas? ¿Existe una visión distinta de las crisis y conflictos cuando son vistos y/o analizados por mujeres? A tenor de la cobertura que dan los medios de comunicación a los conflictos, ¿podría pensarse que la guerra es algo de lo que sólo pueden hablar los hombres? ¿Es esto racional cuando la mitad de la población afectada por las guerras son mujeres? Es un debate harto interesante del que, sin duda, se podrán extraer conclusiones positivas y enriquecedoras.

Pienso en el trabajo de Anna Politovskaya, de Natalia Estemirova que fueron vilmente asesinadas por contar los crímenes que se cometían en Chechenia con la complicidad del Kremlin. Pienso en el trabajo de las que tuvieron más suerte y vivimos para contarlo, como Maite Carrasco, como Olga Rodríguez, como tantas colegas anónimas que ejercen en Irak, en Afganistán, en Palestina o en tantos lugares del mundo en donde se libran guerras crueles, injustas, imposibles. Pienso en la periodista Letizia Ortiz que también ejerció en Afganistán. A buen seguro que nuestra Princesa de Asturias, libradora del XXVI Premio Cirilo Rodríguez, tendría mucho que aportar a este debate.

Los periodistas -hombres y mujeres- que hoy nos reunimos, en esta antigua y maravillosa ciudad castellana de Segovia, compartimos un denominador común: amamos el buen periodismo. El que persigue la objetividad, el equilibro en el tratamiento de los temas, la excelencia informativa, la no manipulación de la información (ya sea escrita o gráfica), la fiabilidad y contraste de las fuentes, el que no usa medios ilícitos para conseguir un gran impacto mediático. Es decir el periodismo dotado de alta conciencia de responsabilidad social. Todos ellos y ellas son un ejemplo a seguir no sólo por los riesgos asumidos, sino, especialmente por su honestidad en un trabajo en el que muchas veces la vanidad lleva a destacar más el protagonismo del profesional que el valor intrínseco de la noticia.

María Dolores Masana Argüelles

Presidenta de Reporteros sin Fronteras-España