RUSIA | Así eluden las malas noticias las televisiones rusas

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Reporteros Sin Fronteras (RSF) denuncia los cada vez más frecuentes disimulos de malas noticias en la televisión rusa. El 25 de marzo de 2018, las principales cadenas silenciaron durante medio día un incendio que causó más de 60 muertos en una ciudad de Siberia. Un apagón que recuerda la cobertura fugaz de otros sucesos dramáticos de los últimos meses.

Mientras que los canales de televisión federales rusos cubren sistemáticamente las actividades del presidente Vladimir Putin, cada vez más dejan de lado los acontecimientos «inquietantes». El gran incendio que mató a docenas de personas el 25 de marzo en un centro comercial en Kemerovo (Siberia), fue ignorado durante largas horas por las tres principales cadenas: Pervy Kanal y Rossiya 1, cuyo accionista principal es el Estado, y NTV, que pertenece al gigante petrolero semipúblico Gazprom.

Algunos medios privados empezaron a hacer conexiones en directo poco después del mediodía para cubrir el suceso, pero las primeras informaciones breves de estos tres canales aparecieron únicamente en los informativos de la noche, y en segundo plano, por detrás de temas amplios dedicados a los resultados de las elecciones presidenciales de la semana anterior.

Enfoque en las buenas noticias

Varios estudios han demostrado en los últimos meses que los canales federales cubrían ciertos acontecimientos «negativos» de forma parcial, tarde o que incluso los ignoraban por completo. Es el caso de los dos ataques mortales en las escuelas en Perm y Ulan-Ude, en enero 2018, que ocuparon las primeras planas nacionales y a los que las tres principales cadenas dedicaron cinco piezas, en total, por ataque. Ninguno de los informativos dominicales mencionó estos trágicos acontecimientos.

Los grandes canales de televisión apenas cubrieron el ataque con cuchillo que dejó al menos ocho heridos en Siberia en agosto de 2017, a pesar de que fue reivindicado por el Estado Islámico. Los noticiarios prefirieron abordar los atentados en Cataluña, el nacionalismo en los Estados Unidos y los rumores sobre la entrega de armas a Corea del Norte por parte de Ucrania.

Más allá de las explicaciones puntuales, el hecho de que se oculten malas noticias concuerda con la política de comunicación de las autoridades rusas, que tienen en los canales federales sus principales herramientas. En vísperas de la campaña presidencial de 2018, las grandes cadenas se impusieron una estricta prohibición de difundir dicha información «negativa» sin el consentimiento previo de los funcionarios encargados de los medios de comunicación en la administración presidencial. También se alentó a los medios a destacar las noticias positivas seleccionadas por el Kremlin a través de un sistema de intercambio de información con las regiones y las grandes empresas, establecido antes del inicio de la campaña. Según un testimonio recogido por el servicio ruso de la BBC, es probable que esta prohibición de información negativa en televisión se extienda hasta la investidura de Vladimir Putin, el próximo mayo.

Esperando el visto bueno de la administración

Los canales de televisión federales siguen siendo la principal fuente de información para la mayoría de los rusos. Reina la autocensura y los directores son invitados regularmente a sesiones informativas en el Kremlin. Sin embargo, oficialmente, el Kremlim se distancia al afirmar que los propios medios definen su política editorial. Para explicar el retraso de las principales cadenas en la cobertura del incendio en Kemerovo, el portavoz del presidente, Dmitry Peskov, que también se encarga de las relaciones con los medios de comunicación, declaró que » inicialmente, nadie podía imaginar la escala de la tragedia». Pero fue él mismo quien había dicho en enero que la cobertura de tragedias «requería un enfoque muy delicado».

«La caza de rumores emprendida por las autoridades a raíz del incendio de Kemerovo no deja de tener su ironía: al silenciar durante tanto tiempo el suceso, la televisión controlada por el Estado tiene su parte de responsabilidad», sostiene Johann Bihr, director del departamento para Europa del Este y Asia Central de Reporteros Sin Fronteras. «Pedimos a las autoridades que respeten sus propias leyes, que prohíben la censura y garantizan la no intervención del Estado en la línea editorial de los medios».

Explicaciones confusas

Según el testimonio de un empleado de Rossiya 1, el equipo editorial esperaba la aprobación de la dirección antes de difundir información sobre el incendio de Kemerovo. La luz verde tardó en llegar, ya que los hechos se produjeron en domingo. Los altos cargos de los medios y de los informativos justifican el retraso de sus redacciones en que «la actualidad venía sobrecargada» para agregar una noticia, o porque «los canales federales no pueden sembrar el pánico en ausencia de información oficial».

No obstante, los rumores y las teorías de la conspiración se extendieron a raíz del desastre: el recuento de las víctimas dio lugar a las estimaciones más fantasiosas. Gran parte de la comunicación oficial se ha dedicado a denunciar una «campaña» coordinada para «desestabilizar la situación».

Rusia ocupa el puesto 148, entre 180 países, en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa elaborada por RSF. Más, en el Informe Anual de la organización.

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