R.D. CONGO | Medidas liberticidas del Ministerio de Comunicación contra los medios extranjeros

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| Medidas liberticidas del Ministerio de Comunicación contra los medios extranjeros
18.11.2016 21:15

El 12 de noviembre, el gobierno congoleño emitió una orden para silenciar a los medios internacionales. Reporteros Sin Fronteras (RSF) denuncia la ilegalidad del texto, y las crecientes presiones que afrontan los periodistas en la República Democrática del Congo.

El 12 de noviembre, cuando Radio France internationale  (RFI) llevaba más de una semana de suspensión en Kinshasa, el ministro congoleño de Comunicación, Lambert Mende, emitió una orden que restringe drásticamente la capacidad de los medios de comunicación extranjeros de emitir en la R.D. del Congo. Desde el 4 de noviembre, RFI no se oye en Kinshasa. Mende acusa a la emisora de ser la «caja de resonancia» de la oposición.

En cuanto a Radio Okapi, -la emisora de la ONU, la de mayor difusión en el enorme territorio de la República Democrática del Congo, que emite en los idiomas locales-, su señal estuvo bloqueada durante varios días antes de que la restablecieran.

La orden afecta claramente a ambos medios de comunicación, igual a que todos los medios internacionales que emiten la República Democrática del Congo, como VOA, RTBF, o la BBC. Desde el 17 de noviembre, la señal de la Radiotelevisión belga (RTBF) está interferida en Kinshasa, lo mismo que la señal de RFI, que se emite desde Brazzaville y que hasta entonces se podía captar en la capital de la República Democrática del Congo.

Según las fuentes jurídicas congoleñas consultadas por RSF, la orden del Ministro de Comunicación va más allá de las medidas legalmente aceptables y constituye un abuso de poder.

En primer lugar, una orden debe ser impersonal y general, y en ningún caso se debe emitir para justificar a posteriori una situación particular. Como este decreto se lanza, de manera evidente, para legitimar el bloqueo de las ondas de RFI, no puede considerarse válido.

La ONU ya ha explicado que sus relaciones con la República Democrática del Congo se rigen por el Acuerdo de Sede, y que el concepto de «reciprocidad», en virtud de la ley de prensa de 1996, no se puede oponer a Radio Okapi. Por otra parte, el punto 3 de la orden obliga a los medios de comunicación extranjeros no establecidos en la RDC a emitir en desconexión, como parte de un acuerdo de asociación con una emisora congoleña, acuerdo que debe ser aprobado por el Ministro de Comunicación. Esta medida invade claramente las competencias del Consejo Superior de Audiovisual y Comunicación (CSAC), que tiene la atribución de confirmar los asuntos administrativos de los medios de comunicación.

Además, obligar a los medios extranjeros a emitir a través de canales locales aumenta su vulnerabilidad a la censura, por ser las cadenas congoleñas más sensibles a la presión política, judicial y económica.

«Esta medida está claramente diseñada para reducir el pluralismo de la información», afirma Virginie Dangles, redactora jefe de Reporteros Sin Fronteras. «Pedimos al Ministro de Comunicación que retire inmediatamente esta orden, que constituye una clara injerencia política en el derecho a la información de los ciudadanos congoleños. El jefe de Estado y su gobierno tienen el deber de respetar los textos legales que les unen a sus pueblos».

Los miembros del Consejo de Seguridad, que visitaron en la República Democrática del Congo del 11 al 13 de noviembre, expresaron al presidente Kabila la necesidad de respetar la libertad de prensa y restaurar la señal de RFI.

En República Democrática del Congo son habituales los ataques impunes contra los medios de comunicación y los actos de censura por parte de las autoridades locales, los servicios de inteligencia, el ejército o el propio Ministerio de Comunicación.

Esta semana Marcel Lubala, periodista de la televisión nacional, fue asesinado deliberadamente en Mbuji-Mayi, al parecer por miembros de la policía. El 17 de noviembre, el periódico Kisangani News fue prohibido, oficialmente por razones administrativas, aunque según admite un funcionario, el tono del periódico se consideró demasiado irreverente.

La semana anterior, dos periodistas fueron detenidos durante 24 horas en la ANR por haber difundido una entrevista del opositor Moisés Katumbi que, en este caso, invitaba a los congoleños a apoyar al equipo de fútbol del que es propietario.

En octubre, la ANR detuvo a una periodista, que después sería torturada por los militares, por haber reunido a miembros de la oposición, representantes de la mayoría y de los movimientos de los ciudadanos, en un estudio de radio Ngoma es Amani en Kivu del Sur. Se ha visto obligada a pasar a la clandestinidad.

La República Democrática del Congo ocupa el número 152, entre 180 países, en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2016 de Reporteros Sin Fronteras. Su presidente, que mantiene los ataques contra periodistas en la completa impunidad, figura en la lista de Depredadores de la Libertad de Prensa. Más sobre el país, en el Informe Anual de la organización.