IRÁN / CORONAVIRUS | Continúan las detenciones de periodistas durante la pandemia y se agrava la situación de muchos presos

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El régimen de Irán sigue encarcelando a periodistas a pesar de que a finales de febrero dejó en libertad a miles de reclusos con motivo del Año Nuevo iraní. Reporteros Sin Fronteras (RSF) expresa una vez más sus temores por el riesgo de contagio de coronavirus que acecha a varios periodistas que siguen encarcelados a pesar del grave deterioro de su salud.

Reporteros Sin Fronteras (RSF) condena la detención del periodista y defensor de los derechos laborales Amir Chamanii, en la ciudad de Tabriz, en el noroeste del país, el 2 de abril. Según su familia, lo arrestaron tras convocarle el TLC, la policía cibernética, un día después de publicar varios mensajes de Twitter sobre la situación sanitaria en las cárceles de Irán y sobre las protestas de los reclusos en varias prisiones, incluida la de Tabriz.

Ni a la familia ni a Chamanii se le han dado las razones de su arresto. La decisión de extender su detención se tomó el 5 de abril, cuando fue transferido a un centro de detención dirigido por el departamento de inteligencia de la Guardia Revolucionaria.

Unos periodistas liberados, otros en gran peligro

Un decreto emitido por las autoridades judiciales el 25 de febrero excarceló o concedió la libertad condicional a miles de reclusos con motivo del Año Nuevo iraní. Varios periodistas y periodistas ciudadanos han recuperado la libertad, entre ellos seis trabajadores de la web informativa sufí, Majzooban Noor –Reza Entesari, Sina Entesari, Mohammad Reza Darvishi, Amir Nouri, Saleholldin Moradi y Massoude Kazemi-, pero otros cuatro periodistas de este digital siguen detenidos. A la periodista Hengameh Shahidi la han puesto en libertad provisional por razones médicas.

La situación de los reclusos iraníes se ha vuelto crítica como resultado de la epidemia de Covid-19. Varios periodistas están enfermos y se les niega atención médica. Es el caso de Soheil Arabi, Premio RSF a la Libertad de Prensa en 2017 en la categoría de periodismo ciudadano, que comenzó una huelga de hambre el 4 de abril en protesta por las condiciones de su prisión. Tanto él como la periodista y defensora de los derechos humanos Narges Mohammadi (*) corren peligro de muerte. En una tercera carta al responsable del sistema judicial, la madre de Mohammadi escribe: “No solo ha vuelto a empeorar la salud de mi hija, sino que también nos presionan [las fuerzas de seguridad] para que no digamos nada”.

Prohibida la impresión de periódicos

La Oficina Nacional de Gestión Covid-19 (el organismo gubernamental creado para combatir el coronavirus) y el departamento de prensa del Ministerio de Cultura y Orientación Islámica emitieron un comunicado el 6 de abril anunciando que “no se imprimirán periódicos hasta nuevo aviso”. La razón oficial es garantizar el respeto por las medidas de distanciamiento social del gobierno, porque “la distribución de periódicos y revistas impresas requiere interacción física entre individuos, periodistas, impresores y distribuidores, y esta interacción podría facilitar la propagación del virus”.

Esta decisión ha alargado el período de descanso por las festividades de Año Nuevo (del 20 de marzo al 2 de abril), cuando es tradicional que no se distribuya la prensa. El comunicado exhorta a los periódicos a “usar su capacidad de publicar en internet y en las redes sociales para reforzar la información pública y las recomendaciones sobre el coronavirus”.

El editor gerente del periódico Etemad y representante parlamentario de la ciudad de Teherán, Elias Hazrati, ha dirigido una carta abierta al presidente en la que recuerda que “las crisis económicas que afectaron a los periódicos en los últimos años han causado el despido de muchos periodistas y trabajadores de medios” y pide “la creación de procedimientos técnicos y de salud pública que permitan a los periódicos continuar publicando”. El propio Hazrati tuvo que despedir a varios periodistas de Etemad la semana pasada.

(*) Narges Mohammadi es uno de los principales rostros de la campaña de RSF España “La voz de…”, por la que periodistas españoles de renombre ceden su voz a colegas encarcelados en todo el mundo para mantener vivas sus causas y evitar que sus voces sean silenciadas.