| RSF pide a la Unión Europea que condicione los más de 300 millones de euros de ayuda a Eritrea a un avance de los derechos humanos
28.04.2015 18:09
Reporteros Sin Fronteras pide a la Unión Europea que condicione la ayuda a Eritrea a través del Fondo de Desarrollo Europeo a un avance significativo de las libertades fundamentales en el país, incluida la libertad de información.
El Fondo de Desarrollo Europeo es el principal instrumento de ayuda al desarrollo de la Unión Europea que pretende destinar a su “socio” eritreo un total de 312 millones de euros de aquí al 2020 -tres veces lo obtenido en 2009 para los siguientes cinco años- pese a los nulos avances en materia de libertad de expresión, de información, y de los derechos humanos en general.
Entre el 24 y el 26 de marzo, una delegación italiana visitó el país y se entrevistó con varios ministros y el consejero político del Presidente Afeworki, Yemane Ghebreaben, que aseguró a la delegación que Eritrea llevaría a cabo reformas democráticas “a su manera” durante los próximos cinco años.
Las autoridades eritreas ya han prometido con antelación reformas similares sin que ello haya supuesto ningún cambio sustancial y se continúen comportando igual de inflexibles en lo que respecta a las detenciones de prisioneros políticos, entre ellos periodistas, acusados de alta traición y asuntos que afectan a la soberanía nacional.
“Resulta incomprensible que la Unión Europea provea al país de Afeworki semejante cantidad de dinero sin reclamar nada a cambio en materia de derechos humanos y libertad de expresión, pese a que la propia Constitución del país recoge el derecho a la libertad de expresión”, afirma Cléa Kahn-Sriber, responsable de la oficina de África de Reporteros Sin Fronteras.
“Este país nunca ha tenido unas elecciones democráticas y está sujeto a la voluntad de un solo hombre. ¿Cómo puede la Unión Europea, que defiende el estado d Derecho y los valores democráticos, apoyar a un régimen como este? Pese a la importancia de mantener un diálogo, existen límites infranqueables cuando una dictadura no cumple sus promesas”, añade Cléa Kahn-Sriber.
“¿No sería del interés comunitario, dadas las recientes muertes en el Mediterráneo derivadas de la migración, desarrollar estos países y animar a sus respectivos gobiernos a respetar los derechos humanos para que sus ciudadanos vean una alternativa para su futuro en su propio país?, se pregunta Cléa Kahn-Sriber.
Reporteros Sin fronteras hace un llamamiento a la Unión Europea a condicionar estos fondos al desarrollo al respeto a los derechos humanos, incluida la puesta en libertad de los periodistas presos, y el desarrollo de un espectro plural de medios de comunicación actualmente prohibido en el país.
Ya en 2009 RSF reiteró este llamamiento a condicionar los fondos de ayuda a Eritrea a un respeto a los derechos humanos, pero la situación no ha mejorado desde entonces. De hecho, la situación de varios presos ha empeorado considerablemente y muchos otros periodistas han sido detenidos en este periodo.
Desde el cierre de los medios de comunicación privados en 2011, el Gobierno ejerce un control total sobre las noticias y la información que circula en el país. Ello incluye, no solo la censura interna, sino los intentos de bloqueo de los medios independientes que intentar emitir desde el extranjero.
La más mínima expresión crítica puede suponer una inmediata encarcelación sin juicio previo bajo las más deplorables condiciones, en uno de los campos de prisioneros del país. Desde 2001, al menos siete periodistas han muerto en prisión.
Eritrea ocupa desde hace años el último puesto de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa elaborada anualmente por Reporteros Sin Fronteras.