EGIPTO | Líder en perseguir a la prensa, Egipto obtiene un puesto en el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas

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| Líder en perseguir a la prensa, Egipto obtiene un puesto en el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas
01.07.2016 20:12

Mientras Egipto celebra la elección de uno de sus diplomáticos como miembro del Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Reporteros Sin Fronteras recuerda la situación que atraviesa la libertad de prensa en este país bajo el mando del actual Gobierno.

“Este país se ha convertido en un experto en perseguir a periodistas, a los que se les condena a largas penas de cárcel, cuando no a cadena perpetua”, afirma Alexandra El Khazen, responsable de la oficina de Oriente Medio de Reporteros Sin Fronteras. “Egipto se ha convertido en una de las mayores cárceles del mundo para periodistas”, añade.

La elección del diplomático Ahmed Fathallah, el 23 de junio, para el Comité de Derechos Humanos ha desatado una oleada de expresiones de orgullo patrio. El portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores, Ahmed Abu Zeid, achacaba a la “confianza de la comunidad internacional” en Egipto la elección de Fathallah y añadía que suponía un fuerte mensaje para aquellos escépticos que critican la situación de los derechos humanos de su país.

Reporteros Sin Fronteras subraya sin embargo que se viola de forma constante la libertad de prensa en Egipto, donde el Gobierno usa la seguridad nacional y la estabilidad como excusas para sus ataques al pluralismo mediático y a la independencia de los medios.

Periodistas condenados a muerte en juicios políticos

Tres periodistas, incluidos dos antiguos trabajadores de Al-Jazeera, fueron condenados a muerte en ausencia por un tribunal de El Cairo, el 18 de junio, acusados supuestamente de espiar para Catar. Otros seis acusados, incluido el depuesto Presidente Mohamed Morsi, fueron también sentenciados a muerte. La condena a estos periodistas se basaba en acusarles de haber servido como intermediarios en pasar documentos “que conciernen a la seguridad nacional” a Catar. El veredicto del tribunal puede todavía ser recurrido.

Los periodistas de Al-Jazeera son Ibrahim Helal, antiguo director de emisiones de la cadena y periodista de 25 años de carrera, y Alaa Omar Mohammed Sablan, de nacionalidad jordana. La tercera periodista juzgada es Asmaa Al-Khatib, editora jefe de la web islamista Rassd. Reporteros Sin Fronteras no ha podido establecer si las ésta última ha sido juzgada por su actividad periodística.

RSF está profundamente consternada por estas sentencias a muerte y espera que el veredicto sea revocado en la apelación. Al-Jazeera, que condenó el juicio a sus trabajadores, advirtió también de que la sentencia suponía un ataque sin precedentes al ejercicio del periodismo y la libertad de expresión en el mundo.

Además, en octubre de 2015, fueron sentenciados a tres años de cárcel los periodistas de Al-Jazeera Mohamed Fadel Fahmy, Bahr Mohamed y Peter Greste, acusados de apoyar a organizaciones terroristas y difundir información falsa. Preste (un ciudadano australiano), fue deportado tras pasar más de un año en prisión. El Presidente Sisi perdonó la condena a los otros dos periodistas en septiembre de 2015.

Periodistas extranjeros deportados

Reporteros Sin Fronteras también condena la humillante expulsión, el 27 de junio, de la periodista de nacionalidad británica y libanesa, Liliane Daoud, empleada del canal privado egipcio ONTV que había trabajado con anterioridad para la BBC en Londres. Fue detenida en su domicilio de El Cairo y deportada por no tener sus papeles en regla.

Su contrato con la ONTV había terminado horas antes de su detención. Su exmarido, Khaled alBerry, contó en Facebook que las autoridades no le habían permitido contactar con su abogado ni con su embajada. Tampoco llevarse objetos personales. Según medios de comunicación egipcios, su abogado ha afirmado que deseaba volver a Egipto.

La periodista conducía el programa “Al Sora Al Kamela” desde 2001 y había sido blanco de una campaña de desprestigio en las redes sociales por personas que la consideraban demasiado crítica con el régimen y afin a a la oposición. Su programa fue suspendido en mayo, poco después de que la ONTV cayera en manos de Ahmed Abou Hashima, un empresario simpatizante con el régimen de Sisi.

También Rémy Pigaglio, periodista francés con sede en El Cairo vio denegada su entrada al país el pasado mes de mayo cuando volvía de pasar unas vacaciones en Francia. Las autoridades no le dieron ninguna explicación de los motivos para impedirle la entrada.

La situación de los periodistas en Egipto se ha vuelto cada vez más precaria en un país que es en la actualidad una de las cuatro mayores cárceles de informadores de el mundo, sólo superado por China, Eritrea e Irán. Egipto ocupa el puesto 159 de los 180 países que conforman la actual Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa elaborada anualmente por Reporteros Sin Fronteras.