BIELORRUSIA | Las autoridades del país intensifican los cargos penales contra periodistas

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Después de más de cinco meses de violaciones sistemáticas a la libertad de prensa, las autoridades de Bielorrusia están intensificando la presión sobre los medios de comunicación al iniciar procesos penales contra periodistas. Reporteros Sin Fronteras (RSF) y la Asociación de Periodistas de Bielorrusia (BAJ, por sus siglas en inglés) han remitido detenciones arbitrarias a las Naciones Unidas.

El acoso a los periodistas que empezó después de las fraudulentas elecciones presidenciales del 9 de agosto de 2020 ha tomado tintes más amenazantes desde principios de 2021. Los periodistas se enfrentan a cargos criminales falsos que podrían suponerles varios años en prisión.

Seis de los diez periodistas detenidos actualmente en Bielorrusia son objeto de investigaciones penales, una preocupante situación que ha llevado a RSF y BAJ a remitir un total de 15 casos graves de detenciones arbitrarias al relator especial de la ONU sobre libertad de opinión y expresión.

Cambio de táctica

“Las autoridades bielorrusas están siguiendo una nueva táctica en la que encierran permanentemente a los periodistas para evitar que cubran las protestas, que han continuado durante más de cinco meses a pesar de la represión”, ha declarado Jeanne Cavalier, jefa del departamento para Europa del Este y Asia Central de RSF.

“Aquellos que fueron multados y encarcelados hasta 15 días por cargos ‘administrativos’ se enfrentan ahora a la posibilidad de pasar varios años en prisión. La ridícula y delgada apariencia de legalidad que rodea estos procesos penales no oculta la realidad, que es que Alexander Lukashenko está librando una guerra terrible contra los medios de comunicación y contra la libertad de expresión. Hay que ejercer toda presión posible sobre este régimen para que libere a los periodistas y ponga fin a estos abusos”.

Andrei Alyaksandrau, que entre 2015 y 2018 fue subdirector de BelaPAN, la agencia de noticias más antigua del país y ahora es freelance, fue detenido el 12 de enero. El Comité de Investigación le acusa de financiar las protestas y ha iniciado procedimientos en virtud del artículo 342 del Código Penal de Bielorrusia. A Alyaksandrau no le permitieron ver a su abogado hasta dos días después de su arresto, presuntamente debido a la pandemia de coronavirus. El 14 de enero, las fuerzas de seguridad pasaron tres horas registrando la redacción de la agencia de noticias. Se llevaron varios documentos y doce discos duros, “paralizando” el trabajo de la agencia, según su director.

El 12 de enero también se inició un proceso penal en virtud del artículo 342 (“organización y preparación de actos que violen gravemente el orden público o participación activa en ellos”) contra las reporteras Katsyarina Andreyeva y Darya Chultsova. Ambas habían estado bajo custodia desde mediados de noviembre.

Katsyarina Barysevich, periodista de Tut.by, un portal de noticias online independiente, lleva recluida en una prisión de la agencia de inteligencia también desde el mes de noviembre. Había informado sobre la muerte de un miembro de la oposición que fue asesinado a golpes en circunstancias inexplicables después de su arresto. Barysevich citó a un médico que decía que no se había detectado alcohol en la sangre del joven de 31 años, a diferencia de lo que afirmaron las autoridades. Ahora es sospechosa en el juicio penal contra el médico.

Represión en el Club de Prensa de Bielorrusia

Seis miembros del Club independiente de la Prensa de Bielorrusia fueron detenidos el 21 de diciembre: la fundadora y presidenta, Yulia Slutskaya, el director financiero, Siarhei Alsheuski, el director académico, Siarhei Yakupau, la directora de programas, Alla Sharko, el cámara Petr Slutski y la periodista de televisión Ksenia Lutskina, que trabajaba para la televisión estatal y quería montar una emisora de televisión independiente junto con el Club de la Prensa.

Varios pisos privados y las oficinas del Club de Prensa fueron registradas. Se ha abierto un caso contra Slutskaya por evasión fiscal a gran escala y los otros detenidos han sido acusados de ser cómplices. Yakupau fue liberado el 31 de diciembre y deportado a Rusia. Se le ha prohibido volver a Bielorrusia en los próximos diez años.

Sentencias más severas

Ocho periodistas más se encuentran actualmente en procesos penales sin haber sido detenidos. Entre ellos se cuenta Siarhei Gardzievich, reportero de la página web Perchy Region, bajo arresto domiciliario en Drahichyn, ciudad al suroeste del país, por el cargo de “insultar al presidente”. Yuri Dziashuk, un reportero freelance detenido el 20 de enero en Lida, ciudad al oeste del país, fue liberado 72 horas después, pero está siendo procesado por alteración del orden público.

Es probable que la lista de periodistas procesados sea más larga. En la ciudad Brest, al suroeste del país, las casas de los editores de la revista online Binokl y la redacción de la misma fueron “inspeccionadas” por la policía financiera, el 26 de enero, bajo sospecha de “evasión fiscal a gran escala”.

Además de estos procesos penales, un nuevo “código administrativo” está aumentando las sentencias y multas por infracciones “administrativas”. La pena por participación repetida en manifestaciones no autorizadas, un cargo comúnmente utilizado contra periodistas que cubren las protestas, aumentará de 15 a 30 días en prisión a partir del 1 de marzo, mientras que la multa por “desobedecer a la policía”, otro cargo usado a menudo contra periodistas, también se duplicará.

Acoso a los digitales independientes

Tut.by, la página web de noticias con mayor alcance en Bielorrusia, perdió definitivamente su condición de medio de comunicación de masas el 19 de enero. Después de las elecciones presidenciales del 9 de agosto, el Ministerio de Información advirtió a Tut.by varias veces por presuntas violaciones de la ley de medios. A principios de octubre, el ministro responsable le retiró la condición de medio de comunicación de masas por un periodo inicial de tres meses (su editora en jefe Maryna Zolotova describe la situación en este video). Un tribunal de Minsk, capital del país, confirmó esta decisión el 3 de diciembre. La apelación de Tut.by contra la sentencia ha sido rechazada.

Los portales de internet en Bielorrusia han tenido la opción de registrarse como medios de comunicación desde que se endureció la ley de medios a mediados de 2018. Esto otorga a sus empleados derechos especiales, al menos sobre el papel, cuando se trata de informar sobre manifestaciones y proteger a sus fuentes. El portal Tut.by, fundado en 2000, se registró como medio de comunicación de masas en enero de 2019 y tiene la intención de continuar su trabajo aún habiendo perdido esa condición. Pero puede ser censurado, según ha amenazado el Ministerio de Información el pasado 19 de enero.

Mientras tanto, varios proveedores de servicios de internet bielorrusos han comenzado a bloquear los “sitios espejo” que se crearon para eludir el bloqueo del sitio web de noticias Gazeta.by que comenzó el 9 de agosto.

Bielorrusia, gobernada desde 1994 por Alexander Lukashenko, que ha logrado ser reelegido como presidente en la primera vuelta cada cinco años, ocupa el puesto 153 de los 180 países que forman la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2020 de Reporteros Sin Fronteras.