AZERBAIYÁN – EUROVISIÓN | Nuevo informe de la situación de la libertad de prensa

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| Nuevo informe de la situación de la libertad de prensa
26.05.2012 23:59
La sección Alemana de Reporteros Sin Fronteras ha viajado a Azerbaiyán entre el 15 y el 20 de mayo, anticipándose al Festival de Eurovisión, y ha elaborado un informe sobre la situación que atraviesan los medios de comunicación del país.  Las agresiones, amenazas y el encarcelamiento de periodistas contrastan con la imagen de modernidad que pretende difundir el gobierno de Ilham Aliyev.  
Un Gobierno que ha ha invertido altas sumas de dinero para proyectar la imagen de un país moderno y abierto. Y es que los medios de comunicación occidentales nunca habían estado tan interesados en informar sobre Azerbaiyán hasta el Festival de Eurovisión. Entre otros muchos asesoramientos, ha contado con la ayuda de la empresa de relaciones públicas alemana Consultum Communications para construir una imagen que contrasta con las violaciones de los derechos humanos y presos políticos en el país.  Durante las últimas semanas previas al festival, la presa germana ha recogido varias entrevistas con activistas críticos y diversos periodistas independientes. Entre los ataques a la prensa destacan la campaña de difamación contra la periodista de investigación Khadija Ismayilova, o el ataque, en abril, a Idrak Abbasov,  golpeado hasta quedar inconsciente por agentes de seguridad de la compañía petrolera estatal SOCAR, la misma empresa que apoyó financieramente a la Embajada de Azerbaiyán en Berlin para proyectar el festival de Eurovisión, un evento organizado por la agencia Hardenberg Concept.
Los medios de comunicación azerbaiyanos leales al régimen reaccionaron de inmediato a las informaciones críticas provenientes de los medios alemanes: el canal público Az-TV emitió, en marzo, varios contenidos sobre drogadicción y prostitución en las metrópolis alemanas. En abril abordaron la Segunda Guerra Mundial. El diario Yeni Azerbaiyán, editado por el partido del mismo nombre, publicó un collage de fotos donde se mezclaba la imagen de Adolf Hitler con el representante federal de los derechos humanos, Markus Löning, el embajador alemán en Bakú, Herbert Quelle, y el líder de la oposición de Azerbaiyán.
Antes de la celebración de Eurovisión, Reporteros Sin Fronteras pidió a todos los involucrados en el festival – periodistas, jueces,  ycantantes- que no ignorasen las violaciones a los derechos humanos. Khadija Ismayilova, una conocida periodista de Bakú, describía las consecuencias del interés de los medios de comunicación internacionales en Azerbaiyán: “El Gobierno se siente en la obligación de escucharnos porque el mundo entero nos está mirando por primera vez, al menos durante un tiempo, aunque sea corto. En cualquier caso, una vez que pase, pasaremos un verano caliente. El Gobierno se tomará la revancha”, advierte.
Medios de comunicación bajo control estatal
Mientras la Constitución de Azerbaiyán garantiza la “libertad de los medios de comunicación” y prohíbe la censura estatal, y mientras el Gobierno habla de “numerosas cadenas de radio y televisión” y “más de 200 medios de comunicación impresos”, la realidad es que, en comparación con otros países, Azerbaiyán está muy por detrás de esas estimaciones y ocupa el puesto 162 de los 179 países de la Clasifiación Mundial de la Libertad de Prensa. El presidente Ilham Aliyev, consta también en la lista de Depredadores de la Libertad de Prensa que elabora la organización. 
La supuesta diversidad esconde un grado de control y dominación estatal que dificulta el ejercicio del periodismo independiente. En muchos casos lo hace imposible. El Gobierno controla la televisión estatal, que es la principal fuente de información para la mayoría de la población. De los más de 20 canales privados, sólo la televisión ANS mantiene una cierta independencia. Los operadores ya han recibido advertencias en varias ocasiones y llevan sometidos a un impuesto extra desde las elecciones parlamentarias de 2010. 
El mercado de la prensa escrita es similar: a pesar de que hay más de 4.000 periódicos y revistas registradas en el Ministerio de Justicia, de las 200 que en realidad se publican, el 80% pertenecen al Estado. Los periódicos críticos más importantes son propiedad de los partidos de la oposición o están asociados a ellos, como el Yeni Musavat, del partido de oposición Musavat, o Azadliq, el semanario del Frente Popular. En este contexto resulta casi imposible la elaboración de información independiente y equilibrada. “Muchos periodistas en Azerbaiyán se identifican a si mismos como políticos e ideólogos en lugar de profesionales de la infroamción”, afirma la periodista independiente Schehla Sultanova.
El control sobre los medios de comunicación se ejerce también mediante presiones económicas. Los medios de comunicación estatales, o los leales al gobierno, se financian a través de suscripciones obligatorias de las autoridades estatales, universidades y hospitales, además de beneficiarse de un mercado publicitario dominado por empresas públicas. Según Rahim Hajibajli, director de Azadliq, las empresas que pretenden anunciarse en medios de comunicación críticos reciben todo tipo de intimidaciones.  Además hay problemas con la entrega de los periódicos, incluso en el centro de Bakú, según Hajibajli. Todo esto ha trasladado a los reportajes críticos y a los debates sociales al ámbito de Internet. 
Amenazas, ataques y detenciones a la prensa crítica
Cinco periodistas y un bloguero están actualmente encarcelados en Azerbaiyán. En 2011, el Instituto para la Libertad y Seguridad de los Periodistas (NIIF), de Bakú, contó 50 casos de agresiones o amenazas a periodistas.  La última campaña de desprestigio contra la periodista de investigación Khadija Ismayilova y el ataque a Idrak Abassov ejemplifican la peligrosidad de practicar el periodismo independiente en Azerbaiyán. 
Khadija Ismayilova, una de las periodistas más conocidas del país, investiga para la emisora extranjera Radio Free Europe / Radio Liberty y para el Proyecto de seguimiento de la delincuencia organizada y la corrupción (OCCRP). Ha publicado varios artículos sobre los negocios de la familia presidencial en el extranjero y los beneficios de una empresa asociada al gobierno en la construcción de un salón de eventos del Festival de Eurovisión.
A principios de marzo fue víctima de chantajes que la amenazaban con publicar fotos íntimas y un video grabado con una cámara oculta en su dormitorio. La periodista hizo públicas las amenazas y afirmó: “Voy a seguir con mi profesión. Como periodista que se toma muy en serio su trabajo, no tengo otra opción”.  
Ismayilova recibió apoyos, tanto en el interior del país, como en el extranjero.  El 24 de mayo, la Fundación Zeit le concedió el Förderpreis Freie Presse Osteuropa (premio a la libertad de prensa en Europa del Este). Aunque cabe recordar que otros empleados del periódico Azadliq fueron víctimas de amenazas similares en 2005 y 2010, sin haber recibido tanta repercusión mediática. 
El reportero Idrak Abbasov, que trabaja para el periódico independiente Zerkalo, fue golpeado hasta quedar inconsciente y tuvo que ser hospitalizado, el 18 de abril.  La agresión se produjo cuando trataba de documentar unos desalojos forzosos cerca de la capital por parte de la petrolera estatal SOCAR, que reclama los derechos de propiedad del terreno en el que habitan numerosos vecinos. Muchas casas han sido derribadas sin orden judicial con el pretexto de que estaban en estado ruinoso. La casa de la familia Abbasaw también fue parcialmente destruida en septiembre de 2011. En la investigación de la agresión al periodista, los guardias de seguridad de la compañía SOCAR negaron toda responsabilidad en el ataque.
Estas agresiones a periodistas permanecen impunes la mayoría de las veces y casi nunca pasan por un proceso judicial. Los asesinatos de Elmar Huseynov (2005) y Rafik Tagi (2011) siguen sin resolverse. Todo lo contrario de lo que ocurre cuando se trata de enjuiciar a periodistas:  los procesos penales iniciados por motivos políticos se repiten incesantemente. Los periodistas críticos son acusados con frecuencia de posesión de drogas o negativas a cumplir el servicio militar. La autocensura se generaliza en Azerbaiyán: “Muchos de nosotros tenemos paranoias, sentimos que nos persiguen y controlan”, afirma el periodista independiente  Ulwiyya Asadzadeh.
Internet: Sin censura, pero casi inaccesible
La mayoría de los países autoritarios intentan aplicar a Internet la misma censura que emplean contra los medios impresos. En Azerbaiyán es diferente. No hay contenidos bloqueados o filtrados. El régimen mantiene un servicio abierto desde hace tiempo para vigilar y castigar los contenidos independientes. “Internet es una plataforma abierta para la libre circulación de ideas, pero hay que suponer que también está supervisada. Tienes que tener cuidado con lo que escribes en Facebook, porque también puedes tener agentes entre tus amigos de la red social” explica el bloguero Ali Nowruzow.
En 2009 los blogueros Emin Milli y Adnan Hajizade fueron encarcelados por burlarse de políticos corruptos en un vídeo satírico. El caso no fue mencionado en los medios de comunicación impresos, pero fue ampliamente discutido en la red. Pasaron 17 meses encarcelados y fueron puestos en libertad después de muchas presiones internacionales, entre otras de Reporteros Sin Fronteras. 
Tras las manifestaciones inspiradas en la Primavera Árabe, el régimen ha cambiado su política con respecto a Internet. Ahora, además de vigilar e intimidar a los usuarios activos de la red, se dedica a desprestigiar el uso de Internet y tacha de “pobres ciudadanos” a todos los internautas en general.
Jabbar Savalan fue encarcelado, en febrero de 2011, por hacer llamamientos a manifestaciones en Facebook.  Fue puesto en libertad a principios de diciembre de 2011, pero, poco antes del Festival de Eurovisión fue convocado para hacer el servicio militar, a pasear de haber sido eximido de él con anterioridad. 
En abril de 2011, la Oficina del Ministerio Público acusó al bloguero Majidli Elnur, axiliado ahora en Francia, de “incitación al odio nacional, étnico o religioso”. Por el contrario, el bloguero Bachtiyar Haijew lleva encarcelado en Azerbaiyán desde mayo de 2011, también por hacer llamamientos a manifestaciones en Facebook.
En estas circunstancias, los medios de comunicación sociales e Internet se han convertido en importantes factores políticos, a pesar de que Azerbaiyán tiene uno de los niveles más bajos de uso de la red, comparado con otros países del sur del Cáucaso. Según datos del Centro de Investigación de Recursos del Cáucaso, el 78% de los azerbaiyanos no la ha utilizado nunca y el 7% la utilizan a diario. Una cifra que asciende al 20% en países como Armenia y Georgia. El 7% de los azerbaiyanos tiene un perfil Facebook. Existen también varias webs de noticias independientes, como  Contact.AZ u Obyektiv.TV, que ofrecen información crítica y reciben financiación de organizaciones occidentales, como la Unión Europea, el Fondo Marshall Alemán y el National Endowment for Democracy. Según datos de la Casa de la Libertad, Azerbaiyán tiene un total aproximado de  27.000 blogs, aunque los expertos del Centro de Investigación de Recursos del Cáucaso consideran a la blogosfera azarbaiyana políticamente irrelevante.
Sin embargo, estas cifras van en aumento y la estrategia del gobierno de descalificar el uso de Internet tachándolo de un comportamiento incívico parece infructuosa. La importancia de la red en las movilizaciones políticas también va en aumento y plantea un interrogante de cara a las medidas que pueda adoptar el gobierno ante esta realidad ,y muy especialmente, ante el Foro Anual de Internet que se celebrará en Bakú, entre el 6 y el 9 de noviembre, con el asesoramiento del  Secretario General de la ONU.
Conclusiones y peticiones tras el Festival de Eurovisión
Reporteros Sin Fronteras hace un llamamiento a los periodistas internacionales para que sigan de cerca la realidad azerbaiyana un vez terminado el festival de Eurovisión.  La organización manifiesta su preocupación por las medidas que pueda adoptar el gobierno contra periodistas y activas de derechos humanos cuando todas las miradas internacionales dejen de estar puestas en Bakú.
La prensa independiente debe seguir de cerca los intentos gubernamentales de controlar a periodistas azerbaiyanos y los lazos existentes entre la política, las agencias de relaciones públicas y los grupos de presión del país. 
Reporteros Sin Fronteras exige que el gobierno de Azerbaiyán ponga en libertad a todos los periodistas y blogueros encarcelados y permita la entrada al país a la prensa internacional.
Además, Azerbaiyán debe cumplir sus obligaciones internacionales como miembro del Consejo de Seguridad de la ONU (2012/2013) y el Consejo de Europa (desde 2001), en especial el artículo 1o del Convenio Europeo de Derechos Humanos, que garantiza la libertad de expresión.  
Reporteros Sin Fronteras insta también a la comunidad internacional a exigir el cumplimiento de los acuerdos internacionales de derechos humanos y condicionar la cooperación política con Azerbaiyán a dicho cumplimiento. Los derechos humanos y la libertad de prensa no deben estar subordinados a los intereses económicos.