A palos con el periodista

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10.11.2010 21:07

Si se acallan las voces de los profesionales de la información que denuncian tales crímenes, la impunidad cubrirá para siempre a sus autores porque lo que no se cuenta no ha pasado.

Dentro del “pan diario” en que se han convertido las agresiones contra la prensa y los periodistas en todo el mundo, estamos asistiendo al auge de una modalidad contundente: el apaleamiento del profesional. En una sola semana, seis periodistas españoles, fueron agredidos a porrazo limpio por las fuerza de seguridad marroquíes, en Casablanca, llevándose la peor parte el corresponsal de TVE y el enviado de la Cadena Ser. Casi al mismo tiempo, entre el sábado y el lunes, dos reporteros rusos fueron brutalmente apaleados por desconocidos. El primero fue hospitalizado grave y el segundo entró en coma.

En el caso de los colegas españoles todos sabemos la causa: la censura que el gobierno de Rabat impone sobre uno de los varios tabúes de la prensa marroquí: el conflicto del Sahara occidental. Nuestros colegas estaban cubriendo el juicio a siete activistas saharauis. Por no mencionar el bloqueo que las autoridades del país vecino han impuesto a la prensa en general y a la de España, antigua potencia colonizadora en particular, para cubrir los sucesos de El Aiún. El ministro de Asuntos Exteriores, Taib Fassi, ya arremetió contra la prensa española la semana pasada.

En el caso de los dos reporteros rusos, se trata de acallar denuncias contra la deforestación de los bosques. Otros dos periodistas fueron agredidos con bates de béisbol anteriormente, habiéndosele tenido que amputar una pierna a uno de ellos.  

En Rusia, la persecución, la caza y aún asesinato de periodistas es un ejercicio que se practica desde que Vladimir Putin llegó al poder. En una carta al presidente Medvedev, un nutrido grupo periodistas rusos pedían protección ante la rampante violencia contra la prensa en Rusia. Según la carta, sólo en 2010, han sido asesinados en Rusia ocho reporteros y 40, agredidos. Según las cuentas de Reporteros sin Fronteras y de otras organizaciones defensoras de los derechos humanos, el número de periodistas asesinados en Rusia, desde el año 2000, asciende a 19. La impunidad caerá sobre estos crímenes como cayó sobre el asesinato de Anna Politosvkaya, hace cuatro años, en este caso no por denuncias contra los depredadores del medio ambiente sino contra la criminal política del Kremlin en Chechenia.

En los últimos tiempos, los ataques a la prensa y los periodistas empiezan a ser noticia a diario. No hay día que no salte alguna información que aunque no sea un palo físico al profesional lo es al respeto debido a la libertad de prensa. Y hablo de democracias de nuestro entorno. Italia, con la “ley mordaza” contra el periodismo de investigación: Francia libra la batalla para identificar las fuentes informativas. En España estamos asistiendo a una fuerte ofensiva contra el periodismo de investigación y la confidencialidad de las fuentes, sin mencionar la ley Sinde (pendiente de aprobación) que contempla el control de operadores y usuarios de Internet.

Esperemos que estas amenazas y agresiones, a base de repetirse a diario, no dejen de ser noticia, como ocurre con tantas agresiones que se cometen en todo el mundo contra los derechos humanos. Si se acallan las voces de los profesionales de la información que denuncian tales crímenes, la impunidad cubrirá para siempre a sus autores porque lo que no se cuenta no ha pasado.

¡Basta de apalear a la prensa!

María Dolores Masana

Presidenta de Reporteros sin Fronteras