TURKMENISTÁN | En libertad el periodista Annakurban Amanklychev, apadrinado por RSF-España

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| En libertad el periodista Annakurban Amanklychev, apadrinado por RSF-España
18.02.2013 19:32

El periodista Annakurban Amanklychev, apadrinado por la sección española de Reporteros Sin Fronteras, ha sido puesto en libertad después de haber cumplido su condena de 7 años de cárcel en Turkmenistán.

Con Amanklychev ha salido también de la cárcel el periodista y defensor de los derechos humanos Sapardurdy Khadjiyev. Reporteros Sin Fronteras manifiesta su profunda satisfacción porque ambos hayan sido puestos finalmente en libertad, después de tantos años en los que se ha temido por su vida dadas las terribles condiciones de detención a las que estaban sometidos.

La organización recuerda, no obstante, los años que injustamente han pasado encarcelados y muy especialmente a su colega, la periodista Ogulsapar Muradova, que murió en la cárcel poco tiempo después de ser detenida por las palizas propinadas por los guardias de la prisión de alta seguridad de Ovodan Depe.

Los tres fueron condenados en 2006 por «posesión ilegal de armas y municiones», después de colaborar en la elaboración de un documental sobre Turkmenistán para la productora francesa Galaxie-Presse.

La muerte de Muradova quedó impune y Amanklychev y Khadjiyev cumplieron sus condenas en un aislamiento casi total, en una prisión de alta seguridad en medio de la desértica ciudad de Turkmenbashi.

«Todo el que se atreva a criticar a las autoridades de Turkmenistán corre el riesgo de ser encarcelado o recluido en un hospital psiquiátrico. ¿Cuántos periodistas, colaboradores y defensores de los derechos humanos languidecen en las cárceles de Turkmenistán?», se pregunta la organización, que lamenta la escasa información que trasciende de uno de los países más cerrados y represivos del mundo.

Según la información que maneja Reporteros Sin Fronteras, Amanklychev y Khadjiyev fueron puestos en libertad el 16 de febrero y pudieron regresar a sus respectivos domicilios. Los años en prisión han dejado graves secuelas físicas y psicológicas en su estado de salud, incluidos problemas cardiacos, pérdidas parciales de visión y otros efectos que están aún están por diagnosticar.