LIBIA | Nuevo decreto otorga un cheque en blanco a milicianos libios que han perseguido a periodistas

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Reporteros Sin Fronteras (RSF) pide la retirada inmediata de un decreto del internacionalmente reconocido Gobierno de Unidad Nacional de Trípoli. Dicho decreto convertiría a una milicia culpable de abusos contra periodistas en una unidad contra el crimen con amplios poderes de vigilancia.

El artículo 13 del Decreto Nº 555, emitido el 7 de mayo, disuelve ‘Al Radaa’, una milicia responsable de secuestrar, detener y torturar a muchos periodistas y de saquear dos veces la sede de Annabaa TV, pero integra a sus miembros en una nuevo unidad contra la delincuencia y el terrorismo que tendrá el mismo nombre que la milicia.

El artículo 4 del decreto dota a la nueva unidad de amplias facultades en el uso de vigilancia técnica para interceptar toda «información que pueda comprometer la seguridad, la paz social o la seguridad nacional del país», tanto información «en redes sociales como a través de medios de comunicación».

Para Reporteros Sin Fronteras «es muy inquietante otorgar amplios poderes de vigilancia a ex milicianos que fueron culpables de abusos en el pasado contra civiles y periodistas, y más aún en el contexto político actual en Libia, en el que la autoridad estatal se ha estado desintegrando».

«El decreto núm. 555 es un cheque en blanco para los señores de la guerra, que ahora pueden controlar legalmente las comunicaciones de la población y en particular de los periodistas sin ninguna garantía legal. Pedimos al gobierno de Sarraj que retire la ordenanza núm. 555 y establezca leyes que garanticen la protección de la privacidad y los datos personales».

Desde agosto de 2014 se venden equipos de vigilancia e intercepción a las milicias, incluida la de ‘Al Radaa’. Un informe de expertos de la ONU sobre Libia publicado en junio de 2017 advertía contra el uso de estos equipos contra civiles. Según la información recogida por los expertos de ONU, dichos dispositivos se han utilizado en los secuestros de civiles.

Al Radaa está formada por casi 1.500 combatientes al mando de Abderraouf Kara, un caudillo salafista, y tiene su sede al noreste de la capital. La milicia, una de las más poderosas de Trípoli, apoya abiertamente al gobierno de Sarraj.

Según varios testigos, los ex periodistas Suleiman Qashout y Ahmed Yaacoubi fueron secuestrados por miembros de ‘Al Radaa’ el 29 de abril. Sus familias no tienen noticias de ellos desde entonces. Qashout y Yaacoubi son en la actualidad organizadores del Premio Septimus, que se ha otorgado anualmente a medios de comunicación, periodistas y artistas libios.

Libia ocupa el puesto 162, entre 180 países, en la Clasificación Mundial  2018 de la libertad de prensa que publica Reporteros Sin Fronteras. Ver también el Informe Anual de la organización.

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