En nombre de Javier Valdez, no al silencio en México

0
878
22.05.2017 16:54

No al silencio. Esta fue la máxima que guió la vida profesional de Javier Valdez, el periodista mexicano, tiroteado hasta la muerte el pasado 15 de  mayo por el cártel de Sinaloa. Uno más a sumar a la insoportable lista de reporteros asesinados en México en los años recientes. Diez en 2016 y este año 2017 va camino de no quedar rezagado, con seis muertos hasta el día de hoy.

Corrupción policial y narcotráfico son los dos grandes depredadores de la libertad de información en el país azteca, el más peligroso de Iberoamérica para los periodistas, que este año ocupa el lugar 147 en la Clasificación mundial de Reporteros Sin Fronteras, sobre un total de 180 países en cuyo último lugar se halla Corea del Norte.

Reporteros Sin Fronteras, el pasado 3 de mayo, en la celebración del Día mundial de la Libertad de Prensa, destacó la grave situación del ejercicio del periodismo en dos países: Turquía y México. Si en el primero se encarcela a los periodistas, en el segundo se les asesina directamente, se les calla para siempre.

El ataque a los profesionales de la comunicación en México se produce casi a diario aunque no tenga gran eco mediático ni los poderes públicos se ocupen de buscar a los asesinos para juzgarles y castigarles. Javier Valdez era una de las voces más destacadas y reconocidas  en la denuncia de los desmanes y crímenes del cártel del chapo Guzmán. Llevaba muchos años en esta lucha y había sido amenazado repetidamente por los esbirros del narco, incluso ya detenido y extraditado pero con largos tentáculos en la región. “Que nos maten a todos, no al silencio”, fue su respuesta en Twitter al último asesinato de una compañera, Miroslava Breach , corresponsal de “La Jornada” y cuarta periodista muerta por los narcos este año. Valdez  firmaba una columna semanal, “Malayerba”, en la que denunciaba los asesinatos diarios que el cártel comete en esa zona y daba voz a las víctimas. Valdez nunca quiso exiliarse. Era un veterano profesional que llevaba diez años de lucha sin tregua en sus artículos y tomaba sus precauciones, pero no fue suficiente. La larga mano del narcotráfico sabe disfrazar un asesinato premeditado de asalto y robo, y la policía mexicana  no detiene a nadie, no investiga y al poco tiempo, el caso cae en el olvido. El de Valdez será uno más entre los 14 asesinatos de periodistas ocurridos en México en los últimos 12 meses que quedará impune.

Está claro que en este país el periodista  está condenado a no contar nada si quiere preservar su vida. Se podría decir que México, es a día de hoy el país más peligroso del mundo para ejercer esta profesión. Naturalmente, después de Siria, país sumergido en una terrible guerra civil con un  montón de bandos enfrentados con el ejército del presidente Assad y, entre sí. Pero el resultado es que ninguno de los dos países quiere objetivos fotográficos que cuenten las barbaridades que allí tienen lugar. Desde que Reporteros Sin Fronteras publica sus informes y balances anuales sobre el estado de la libertad de información en el mundo los grandes depredadores de los derechos humanos no cejan en su empeño: callar al mensajero, tapar el objetivo. Que no lleguen a la opinión pública pruebas de todas las agresiones y desmanes que se cometen a diario en el mundo contra los derechos humanos.

“Lo que no se cuenta no ha pasado”, es el lema de Reporteros Sin Fronteras, y la impunidad  cubrirá esos crímenes para siempre. Javier Valdez, como tantos otros compañeros asesinados que le han precedido en México y en todo el mundo, seguiría en su lucha sobre el terreno. Por consiguiente “ir al lugar para contarlo” sigue siendo la misión del periodista, porque sin información no hay sociedades libres ni democracia.

María Dolores Masana Argüelles

Ex presidenta de Reporteros Sin Fronteras y miembro  de la Junta Directiva