
Foto: Anna Colpaert
RSF rescata a Ekaterina Barabash: la fuga de la periodista rusa desde Moscú hasta París
El lunes 5 de mayo, Reporteros Sin Fronteras (RSF) celebró una rueda de prensa en su sede (París) para dar a conocer la historia de la periodista rusa Ekaterina Barabash. La reportera y crítica de cine rusa huyó de Moscú el 21 de abril, donde estaba bajo arresto domiciliario, y gracias al trabajo de RSF, que coordinó la operación y garantizó su paso seguro a Francia, ahora se encuentra en París. Agotada pero libre, Barabash relató su huida de las autoridades rusas, que la habían incluido en su lista de personas buscadas y por la que se enfrentaba hasta a diez años de prisión.
“Hui, no tenía otra opción. El periodismo ya no existe en Rusia”, declaró con emoción Ekaterina Barabash durante la rueda de prensa. La periodista, de 63 años, se quitó el dispositivo de localización electrónica y recorrió más de 2.800 kilómetros por rutas clandestinas para escapar de la férrea vigilancia de las autoridades rusas. La reportera estaba bajo arresto domiciliario, oficialmente incluida como “buscada” en la lista del Kremlin desde el 21 de abril. Desde esa fecha, no se había sabido nada de ella públicamente hasta la rueda de prensa de RSF.
«Es un gran alivio dar la bienvenida a Ekaterina Barabash a París. Su huida de Rusia es una de las operaciones más peligrosas en las que ha participado la organización desde las draconianas leyes rusas de marzo de 2022. Envía un mensaje claro al Kremlin: no se puede silenciar a las voces que se atreven a decir la verdad sobre la guerra en Ucrania. Es un mensaje para los periodistas en peligro: hay una salida y RSF está a vuestro lado. Siento una profunda admiración por la determinación moral y el coraje físico demostrados por Ekaterina Barabash. Su viaje ha sido largo y agotador. En más de una ocasión temimos que fuera detenida; en un momento dado, incluso pensamos que podría haber muerto. Sin embargo, hoy está entre nosotros, lista para testificar y reanudar su profesión. Su mensaje es claro: el periodismo ya no existe en Rusia y ningún reportero está a salvo de la vigilancia y la represión del Kremlin. RSF expresa su gratitud a todos aquellos que han contribuido a facilitar la salida de Ekaterina Barabash de Rusia y su llegada a la Unión Europea».
Thibaut Bruttin | Director general de RSF
Una detención arbitraria y cargos por motivos políticos
La odisea de Barabash comenzó el 25 de febrero de 2025. A su regreso del festival internacional de cine Berlinale, en Berlín, la periodista, conocida por sus críticas a la guerra de Rusia en Ucrania, fue detenida en el aeropuerto de Moscú. No era la primera vez que las autoridades la ponían en el punto de mira: de camino a Alemania, fue retenida durante varias horas en el control fronterizo.
Posteriormente, fue imputada por “difundir información falsa” sobre el ejército ruso, basándose en cuatro publicaciones en redes sociales, una de las cuales condenaba la invasión de Ucrania por parte de Rusia, iniciada en febrero de 2022. Al día siguiente, un tribunal de Moscú ordenó su arresto domiciliario durante dos meses.
El 4 de abril, el Ministerio de Justicia ruso dio un paso más: Barabash fue declarada “agente extranjera”. Esta estigmatizante designación, que se utiliza a menudo para silenciar las voces disidentes, permite a las autoridades vigilar, restringir y desacreditar a periodistas, ONG y ciudadanos de a pie considerados “influenciados por intereses extranjeros”. Este marchamo ha sido condenado en repetidas ocasiones por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que critica su vaguedad y su aplicación arbitraria.
Ekaterina Barabash fue periodista del servicio en ruso de Radio France Internationale (RFI) hasta 2022, cuando comenzó a trabajar con el medio independiente Republic, calificado como “agente extranjero” por Moscú, hasta su detención. Su caso ejemplifica la grave situación de la libertad de prensa en Rusia, que ocupa el puesto 171 de los 180 países y territorios analizados en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2025, donde al menos 38 periodistas siguen encarcelados a día de hoy.