IRÁN | Crece la preocupación por los periodistas iraníes refugiados en Turquía

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Reporteros Sin Fronteras (RSF) pide a las autoridades turcas y a la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) que hagan todo lo posible por garantizar la seguridad de los periodistas iraníes que han huido a Turquía y por acelerar su reasentamiento en terceros países, ya que su situación ha empeorado con la epidemia de coronavirus.

Un total de doce periodistas profesionales y periodistas ciudadanos iraníes que huyeron de Irán para escapar de la violencia, de las detenciones y de los encarcelamientos arbitrarios, se encuentran actualmente en una situación extremadamente difícil en Turquía.

A medida que Turquía se acerca a Irán, estos refugiados y sus familias continúan expuestos a la posibilidad de persecución por parte de las agencias de inteligencia iraníes. Al mismo tiempo, los servicios de inmigración turcos son extremadamente reacios a proporcionarles la cooperación administrativa que necesitan para completar sus solicitudes de asilo y reasentamiento en países más seguros. La crisis del coronavirus ha venido a agravar todos sus problemas.

Burocracia intratable

Hasta finales de 2018, los refugiados que llegaron a Turquía solicitaban asilo directamente al ACNUR. Pero ya no es así. En su web, ACNUR indica que:“El Estado de Turquía es el principal proveedor de protección en el país. Por lo tanto, el registro ante las autoridades turcas es la forma más importante de garantizar sus derechos en Turquía”.

Este cambio ha tenido un gran impacto en los refugiados. Las solicitudes de los periodistas iraníes ahora deben ser examinadas por las autoridades de inmigración y la policía turcas, quienes se toman su tiempo. La espera es ahora aún más larga porque Estados Unidos, que solía aceptar solicitudes de asilo y reasentamiento bajo el presidente Obama, dejó de hacerlo por orden de Trump.

Las propuestas de reasentamiento ya no se presentan a Estados Unidos. Al mismo tiempo, muchos refugiados iraníes han dejado de beneficiarse de las diversas formas de asistencia otorgadas a los solicitantes de asilo, entre ellos la tarjeta sanitaria que reducía significativamente sus gastos médicos. Este recorte los hace más vulnerables si se contagian de Covid-19.

La difícil situación de los periodistas iraníes atrapados en Turquía es aún más urgente y preocupante porque continúan expuestos al peligro del vecino Irán. Los diversos servicios de inteligencia iraníes, incluidos los Guardias Revolucionarios, siguen amenazando directamente a estos periodistas y a las familias que han dejado atrás.

“Turquía debe proporcionar a los periodistas refugiados una protección efectiva y, junto con el ACNUR, debe proveerles de toda la asistencia que necesitan para que sus solicitudes de asilo se puedan completar en un período de tiempo razonable”, señala Reza Moini, responsable de departamento de RSF para Irán. “Recordamos a las autoridades turcas y a ACNUR la urgente necesidad de acelerar los procedimientos de reubicación o establecer un mecanismo para evacuarlos a terceros países donde se pueda garantizar su seguridad”.

 Vivir “a la sombra del miedo”

“Siempre he estado amenazado por el régimen iraní en Turquía”, reconocía el periodista, bloguero y escritor satírico Sharagim Zand en un correo electrónico reciente a RSF. Ante la amenazade ser detenido en Irán, Zand huyó a Turquía en 2014 y solicitó asilo, mientras seguía trabajando para varios medios de comunicación como IranWire y Radio Free Europe / Radio Liberty (RFE / RL), además de publicar frecuentemente en las redes sociales.

Después de vivir “a la sombra del miedo” durante los últimos cinco años y medio, Zand dice que ha visto un aumento reciente en las amenazas del régimen iraní. “Ahora amenazan con encontrarme y matarme”, asegura, con el resultado de que tiene “cada vez más miedo” de salir de casa.

Los casos recientes de secuestro y asesinato dentro de la comunidad de exiliados iraníes han demostrado que tales amenazas deben tomarse en serio porque Irán tiene capacidad para llevarlas a cabo.

Secuestrado o asesinado por agentes iraníes

El editor del digital Gilan NooArash Shoa-e Shargh, que huyó de Irán después de ser condenado por “difundir noticias falsas” y “publicar sin permiso”, fue secuestrado frente a su casa en Van, en el este de Turquía, el 5 de febrero de 2018 y reapareció 25 días después en una prisión en Irán.

“Lo secuestraron frente a su casa unos hombres armados que se identificaron como agentes de policía Se lo llevaron esposado y con los ojos vendados, a un aparcamiento subterráneo con tres celdas, donde estuvo recluido durante las siguientes tres semanas”, marró uno de sus familiares a RSF.

Uno de los hombres, que hablaban persa, le dijo que la policía turca había decidido protegerlo porque fue amenazado con ser secuestrado por iraníes. Al mismo tiempo, lo interrogaron repetidamente sobre sus actividades periodísticas y su familia en Irán. Finalmente le dijeron que estaba en peligro y le dijeron: “o cooperas y serás transferido a Ankara, o serás enviado de regreso a Irán”.

Cuando se negó a cooperar, fue conducido de inmediato a través de la frontera hacia el norte de Irán y entregado a los Guardias Revolucionarios en la ciudad de Tabriz esa misma noche. Este desenlace demostró que sus secuestradores habían sido iraníes todo el tiempo.

Los periodistas iraníes en Turquía también suelen recordar tambiñen el asesinato de Masoud Molavi Vardanjan, el controvertido director de la web The Black Box, que antes de huir de Irán  había trabajado para la Guardia Revolucionaria y que publicó acusaciones sobre corrupción tanto en el seno de dicho cuerpo como de familiares directos del Líder Supremo de Khamenei, incluido su hijo Mojtaba. Fue asesinado a tiros en una calle de Estambul en noviembre de 2019, un año después de su llegada a Turquía. Según Reuters, que tuvo acceso a un informe,  “el asesinato fue ordenado por dos funcionarios destinados en el consulado de Irán en Turquía.

Coronavirus, una nueva amenaza

El miedo y la ansiedad de los refugiados iraníes en Turquía se ha agudizado desde el comienzo de la epidemia de Covid-19. Alireza Roshan, poeta, escritor y periodista del digital informativo Majzoban Noor, huyó a Turquía con su esposa e hijo en marzo de 2018. Asegura que la epidemia ha hecho que su futuro sea mucho más incierto, especialmente porque “los servicios de inmigración han detenido todos los trámites y ACNUR es impotente”.

La situación de algunos exiliados comenzó a deteriorarse mucho antes de la epidemia. Un periodista iraní que lleva en Turquía desde 2014 y que pidió no ser identificado, señala que su solicitud de reasentamiento en Estados Unidos fue inicialmente aceptada, pero que en 2017 quedó inmediatamente suspendida, al igual que el programa de acogida de refugiados, por parte la administración Trump.

Después de eso, ninguna entidad ha asumido su caso, por lo que lo único certero es que su futuro se presenta sombrío. Ya no puede disfrutar de los beneficios otorgados a los solicitantes de asilo y a la vez se enfrenta a las amenazas que recibe de las autoridades iraníes en las redes sociales, con el temor añadido de infectarse de coronavirus.

Irán ocupa el puesto 173, de 180 países, en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2020 que publica RSF, mientras que Turquía está en la posición 154. Ver también el Informe Anual de la organización.

 

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