Reporteros Sin Fronteras pide que se aclare el asesinato, el 19 de octubre, de Viltor García, guardaespaldas de la directora y copropietaria del canal por cable independiente Vea Canal, Karina Rottman. RSF pide a los responsables de la investigación de este asesinato que consideren de forma prioritaria la hipótesis de que el homicidio esté relacionado con el clima general de presión y acoso que padece este medio de comunicación, su personal y sus representantes.
“Como subrayó la misma Karina Rottman, se trata del segundo ataque en una semana contra miembros de su equipo de seguridad. Esta vez las consecuencias son irreparables. Esta tragedia recuerda que también los colaboradores de los medios de comunicación arriesgan todos los días su vida en nombre de la libertad de información”, alerta RSF. La organización pide a los investigadores que no teman llegar hasta los círculos del poder en su investigación, y los entornos en los que Vea Canal resulta un medio molesto.
La tarde el 19 de octubre Viltor García acababa de terminar su turno cuando le dispararon sujetos desconocidos a bordo de un vehículo con vidrios polarizados. El guardaespaldas, herido con tres disparos, pudo comunicarse por teléfono con Karina Rottman cuando era trasladado al hospital, donde falleció tres horas después.
Una semana antes, tras una reunión de los representantes de Vea Canal con funcionarios del Ministerio Público en un restaurante de la capital, dos individuos agredieron físicamente a los guardaespaldas de Karina Rottman. Según ella, los agresores eran empleados del sector de transportes del departamento de El Progreso.
Según información del Cerigua, organización colaboradora de Reporteros Sin Fronteras, Otto Rottman, esposo de Karina y copropietario del medio de comunicación, había denunciado anteriormente que varias empresas de cable habían bloqueado la señal de Vea Canal. La línea progresista y crítica del canal molesta sobremanera a la oligarquía nacional.
Guatemala, minada por la fuerte infiltración del crimen organizado y las secuelas de la guerra civil (1960-1996), sigue siendo un país muy peligroso para los periodistas. Cuatro de ellos han sido asesinados desde el inicio del año 2013, mientras resulta evidente que los resultados de las investigaciones tardan en llegar.
