Bombardear hoteles ucranianos para silenciar a la prensa: un nuevo informe de RSF y Truth Hounds destapa esta estrategia rusa
Desde el inicio de la invasión de Ucrania por parte de Rusia el 24 de febrero de 2022, los periodistas locales y extranjeros en Ucrania han sido blanco de ataques rusos, incluso en sus hoteles, donde se alojan y trabajan. Así lo revela un informe conjunto de Reporteros Sin Fronteras (RSF) y la organización ucraniana de defensa de los derechos humanos Truth Hounds (TH), que documenta estos ataques; unos crímenes de guerra que no deben quedar impunes.
Para un reportero que se encuentra en una zona de guerra, un hotel no es solo un lugar de descanso, sino también un espacio de trabajo, donde redacta, edita y envía los trabajos a las redacciones. Pero en Ucrania, este refugio se ha convertido en ocasiones en objetivo de las fuerzas armadas rusas, que buscan silenciar a los profesionales de los medios que documentan la invasión. El nuevo informe de RSF y la organización ucraniana Truth Hounds, “El último check-in: los ataques rusos contra hoteles ucranianos silencian a la prensa”, detalla esta estrategia deliberada del Kremlin.
En poco más de tres años, entre el 24 de febrero de 2022 y el 15 de marzo de 2025, 31 ataques de las fuerzas armadas rusas alcanzaron 25 hoteles ucranianos, la mayoría de ellos situados en regiones cercanas al frente, como Járkov (noreste), Donetsk (este), Dnipro (sureste), Odesa (sur) y Kiev, la capital. Solo uno de estos hoteles se utilizaba con fines militares; todos los demás alojaban a civiles, incluidos periodistas. Ryan Evans, asesor de seguridad y colaborador de Reuters, murió durante un ataque contra su hotel en agosto de 2024 en Kramatorsk, al este de Ucrania. En total, 25 periodistas y profesionales de los medios se han visto afectados por estos bombardeos contra hoteles, y al menos siete han resultado heridos.
«Los ataques rusos contra hoteles que albergan a periodistas en Ucrania no son ni accidentales ni aleatorios. Los edificios atacados no son ‘bases militares ucranianas’ y los periodistas que se alojan en ellos no son ‘mercenarios’, como pretende hacer creer la narrativa de desinformación promovida sistemáticamente por Rusia y los medios pro-Kremlin. Estos ataques forman parte de una estrategia deliberada para sembrar el terror y disuadir la cobertura informativa del conflicto. Al atacar infraestructuras civiles, violan el derecho internacional humanitario y constituyen crímenes de guerra. Los responsables deben ser llevados ante la justicia».
Pauline Maufrais | Responsable regional de RSF en Ucrania
«Los ataques rusos contra hoteles en Ucrania son sistemáticos y deliberados, y responden a una lógica interna y a un calendario bien definidos que los distinguen de muchos otros ataques contra infraestructuras civiles. Considerando la naturaleza de los huéspedes habituales en estos establecimientos durante conflictos armados: profesionales de los medios y trabajadores humanitarios, entre otros; así como la frecuencia e intensidad creciente de estos ataques, todo indica que el objetivo no es únicamente la destrucción de los edificios, sino también la intimidación y el daño directo a quienes se alojan en ellos».
Roman Koval | Jefe de investigación de Truth Hounds
Ataques metódicos y coordinados
Los ataques rusos contra hoteles civiles en Ucrania, claramente destinados a obstaculizar la cobertura independiente de la guerra, se han multiplicado: ocho en 2022, cinco en 2023, catorce en 2024 y cuatro en los dos primeros meses de 2025. Además, estos ataques siguen patrones recurrentes:
- 27 de los 31 ataques tuvieron lugar en regiones cercanas al frente de batalla, en particular en Járkov, Donetsk, Odesa y Dnipro;
- 23 ataques se produjeron por la noche, entre las 20:00 y las 8:00 horas, cuando los hoteles están más ocupados;
- Al menos 15 ataques se llevaron a cabo con misiles lanzados desde sistemas 9K720 Iskander, conocidos por su precisión. Algunos tienen un margen de error de tan solo 20 metros.
Interrupción de la labor informativa
Estos ataques han alterado las condiciones de trabajo de los periodistas ucranianos y extranjeros. Estos son los resultados de una encuesta realizada a periodistas locales y extranjeros en Ucrania para el informe:
- Desde 2023, el 64 % de los periodistas ucranianos y el 43 % de los reporteros extranjeros evitan alojarse en hoteles cercanos al frente de batalla.
- El 13 % de todos los periodistas encuestados tuvo que reducir o suspender sus misiones en estas regiones.
- El 64 % de los periodistas ucranianos e internacionales denuncian obstáculos logísticos para realizar su trabajo debido a la dificultad para acceder a un alojamiento seguro.
- El 44 % de los periodistas sufre secuelas psicológicas como estrés postraumático tras los ataques a los hoteles.
Los periodistas utilizan ahora vehículos sin distintivos, renuncian a las insignias de “prensa” en los chalecos antibalas y desactivan la geolocalización para evitar ser vistos, lo que se ha convertido en una estrategia de supervivencia. Algunas redacciones limitan las pernoctaciones en hoteles, prefieren el alojamiento privado e incluso prohíben a sus reporteros acudir a determinadas zonas. Los periodistas ucranianos son los que se han adaptado más rápidamente gracias a su conocimiento del terreno.
La desinformación rusa que justifica los ataques
Periodistas tachados de mercenarios, hoteles convertidos en bases militares, así justifica el Kremlin sus ataques contra hoteles civiles. Se apoya en una narrativa de desinformación bien estructurada y difundida a todos los niveles, desde el Ministerio de Defensa ruso hasta los canales de Telegram pro-Kremlin, muchos de ellos anónimos. Sin embargo, según las conclusiones del informe, basadas en testimonios de testigos de los 31 ataques contra los 25 hoteles, solo uno de ellos fue utilizado por el ejército ucraniano, mientras que los otros 24 eran instalaciones civiles.
El caso de Ryan Evans ilustra esta estrategia de desinformación. El 24 de agosto de 2024, un ataque ruso alcanzó el hotel Sapphire de Kramatorsk, matando al colaborador de Reuters –quien había viajado a Ucrania más de 20 veces desde 2022 con la agencia–, e hiriendo a dos de sus colegas periodistas, el estadounidense Dan Peleschuk y el ucraniano Ivan Liubysh-Kyrdey. No había personal militar en el hotel. Moscú lo acusó de ser un “ex agente del MI6”, una afirmación que tanto su familia como Reuters, su empleador, negaron. Desde entonces, Ucrania ha acusado al general ruso Alexei Kim de ordenar un ataque contra infraestructuras civiles en Kramatorsk.
Las recomendaciones para proteger a los periodistas y luchar contra la impunidad de estos delitos
El informe incluye recomendaciones de RSF y Truth Hounds para las autoridades, los tribunales internacionales, las redacciones y las plataformas digitales:
Para las autoridades ucranianas:
- Reforzar la cooperación con los profesionales de los medios para mejorar su seguridad.
- Garantizar el reconocimiento legal y la protección jurídica de todos los trabajadores de los medios.
Para la Corte Penal Internacional (CPI) y el Fiscal General de Ucrania:
- Dar prioridad a las investigaciones sobre los ataques contra periodistas y civiles y tratarlos como crímenes de guerra.
- Para los tribunales ucranianos: Mantener el máximo nivel de prioridad en la investigación y el enjuiciamiento de los autores de estos delitos a través de los mecanismos judiciales nacionales.
Para los Estados extranjeros:
- Priorizar las investigaciones de los delitos contra periodistas, especialmente en el Reino Unido, en el caso de Ryan Evans, utilizando todos los medios legales posibles, incluida la jurisdicción universal.
- Lograr el máximo nivel de cooperación entre la fiscalía ucraniana y los tribunales nacionales extranjeros e internacionales para llevar ante la justicia a los autores de los ataques contra periodistas en Ucrania.
- Imponer sanciones más severas a Rusia por los delitos cometidos contra los reporteros y medios, dado su papel fundamental de informar al público.
Para las redacciones y los medios nacionales e internacionales:
- Aumentar los presupuestos destinados a la seguridad (vehículos blindados, profesionales de la seguridad, seguros, etc.).
- Actualizar los protocolos de seguridad para adaptarlos a la realidad de la guerra en Ucrania.
- Formalizar contratos con los productores locales.
- Dar prioridad a los alojamientos seguros y evitar los hoteles cercanos al frente.
- Impartir formación sobre entornos hostiles, seguridad y primeros auxilios a los profesionales que trabajan en entornos de alto riesgo.
- Ofrecer un mayor apoyo psicológico a los periodistas.
Para los Estados, los observadores de los medios y las plataformas digitales:
- Elaborar estrategias para luchar contra la desinformación rusa.
- Reforzar la regulación de las plataformas digitales y promover la verificación de las noticias, así como los programas de alfabetización digital para ayudar al público a identificar los contenidos manipulados.
Ucrania y Rusia ocupan el puesto 62 y 171, respectivamente, de los 180 países y territorios analizados en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de RSF 2025.