CLASIFICACIÓN 2020 | Ser periodista en EUROPA, una labor cada vez más arriesgada

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Debilitamiento del Estado de derecho, violencia, crisis económica y digital… Los periodistas europeos se enfrentan a múltiples amenazas y cada vez son más los que se arriesgan para poder ejercer su oficio.

La libertad de prensa ocupa un lugar importante en la agenda que la Comisión Europea estableció en 2019, siguiendo las recomendaciones hechas por Reporteros sin Fronteras (RSF), durante la campaña de las elecciones europeas. En una Europa sacudida por graves agresiones a periodistas –incluso asesinatos– es tiempo de que la libertad de prensa ocupe una posición central en las agendas políticas. Por ello, RSF celebra que la hoja de ruta de la comisaria europea, Věra Jourová, vicepresidenta encargada de Valores y Transparencia, contemple fortalecer la libertad de los medios de comunicación, hacer que las redes sociales asuman más sus responsabilidades y proteger los procesos democráticos. Sin embargo, RSF considera lamentable que las cuestiones relativas a la ampliación de la Unión Europea –crucial para la integración de los Balcanes occidentales– hayan sido confiadas al comisario húngaro, representante de uno de los regímenes más represivos de Europa.

Si las instituciones comunitarias empiezan a conceder un lugar relevante a la libertad de información es porque asumen que existe un gran riesgo de que la situación se deteriore. Un ejemplo de ello es el giro autoritario de Hungría: utilizando como pretexto la pandemia del Coronavirus, el primer ministro, Viktor Orbán, se ha arrogado plenos poderes por un período indefinido y ha aprobado una nueva ley que castiga hasta con cinco años de prisión la difusión de noticias falsas. Esta nueva normativa supone otra herramienta más al servicio de las autoridades políticas y judiciales para presionar a los medios de comunicación independientes. Previamente, el Gobierno había afianzado su control sobre la mayoría de los medios de comunicación, a través de la Fundación Centroeuropea de Prensa y Medios de Comunicación, que se sirve de la publicidad institucional para apoyar a la prensa que considera leal. En diciembre de 2019, se designó el nuevo Consejo de Medios de Comunicación (el órgano regulador de la prensa); que quedó formado solo por miembros de Fidesz, el partido en el poder, lo que apuntala el férreo control que ejerce el gobierno sobre los medios de comunicación. Este contexto explica por qué Hungría (89o) ha descendido dos puestos en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2020 de RSF.

En Polonia (62º, -3), que ha perdido tres posiciones en la Clasificación, el control que ejerce el Ejecutivo sobre el sistema judicial comienza a producir efectos nefastos en la libertad de prensa. Algunos tribunales usan el artículo 212 del Código Penal, que contempla penas de hasta un año de prisión, para juzgar a los periodistas acusados de difamación. Además, los jueces suelen sancionar a los reporteros con multas, contribuyendo a un fenómeno ya instalado en el país: el clima de autocensura, latente desde hace tiempo.

En el sur de Europa, hay cruzadas muy activas de las autoridades contra los medios de comunicación. En Bulgaria (111º) –que sigue ocupando la posición más baja de toda la región en la Clasificación–, la dirección de la Radio Nacional de Bulgaria (BNR) intentó inhabilitar a la experimentada periodista Silvia Velikova, conocida por sus críticas al gobierno, dejando en evidencia la falta de independencia de este medio de comunicación público y la injerencia de ciertos dirigentes políticos en su línea editorial.

Dos países que aspiran a entrar a la Unión Europea, Montenegro (105º) y Albania (84º), descienden uno y dos puestos, respectivamente, tras un año marcado por la detención de periodistas, so pretexto de luchar contra la desinformación y también como consecuencia de casos de acoso judicial, como el kafkiano juicio del periodista de investigación montenegrino Jovo Martinovic.

Numerosas agresiones a reporteros de los Balcanes permanecen impunes. En Serbia (93º), que de nuevo desciende tres posiciones en la Clasificación 2020, los autores del incendio intencionado en la casa del periodista Milan Jovanović, aún no han rendido cuentas ante la justicia.

No obstante, hay avances en la lucha contra la impunidad de los crímenes cometidos contra periodistas. En Eslovaquia (33º, +2) los autores intelectuales del asesinato del periodista de investigación Ján Kuciak y su pareja, Martina Kušnírová, han sido juzgados, lo que hizo ascender al país en la Clasificación, por primera vez en tres años. En cambio en Malta (81º, -4), aunque al fin comienza a avanzar la investigación del asesinato de Daphne Caruana Galizia, los periodistas siguen padeciendo presiones judiciales.

Agresiones verbales y físicas

Los periodistas también se enfrentan a la violencia de las fuerzas del orden y de los manifestantes. En Francia (34º, -2), durante las movilizaciones de los chalecos amarillos, numerosos periodistas fueron heridos con pelotas de goma y gases lacrimógenos por parte de las fuerzas de seguridad, o fueron agredidos por manifestantes enfurecidos. Este fenómeno, que se registra en toda Europa, es consecuencia de las campañas de odio y de la pérdida de confianza de la población en los medios. En España (29º), la preocupante penetración del partido de extrema derecha VOX  en la política del país y las agresiones a periodistas cometidas por sus simpatizantes, se suman a los actos de violencia perpetrados por los independentistas durante las manifestaciones en Cataluña. En Austria (18º, -2), Italia (41º, +2) y Grecia (65º), la extrema derecha agrede con frecuencia a los reporteros cuando realizan su cobertura periodística, en un contexto de creciente hostilidad hacia los inmigrantes.

Los periodistas también pueden perder la vida ejerciendo su labor, como le sucedió a la reportera norirlandesa Lyra McKee, asesinada cuando cubría las protestas en Derry. Con este crimen asciende a cuatro el número de periodistas asesinados en el continente europeo en tres años –Daphne Caruana Galizia, perdió la vida en Malta en 2017 y Ján Kuciak, también fue asesinado en 2018, en Eslovaquia-.

Violencia y vigilancia en internet

Las amenazas, las agresiones y la vigilancia en internet han contribuido a debilitar el periodismo en todo el continente europeo, incluso en los países más respetuosos con la libertad de prensa. Hasta Noruega (1º), que conserva su primer puesto en la Clasificación registra casos de ciberacoso, como también los registran Finlandia (2º) y Estonia (14º, -3). Los hostigamientos en redes sociales también provocaron el descenso de Suecia (4º, -1) y de los Países Bajos (5º, -1), por lo que, automáticamente, ascendió Dinamarca (3º, +2), que ahora se encuentra entre las tres primeras posiciones de la Clasificación. En los países escandinavos, la ciberviolencia más agresiva contra los periodistas proviene de China e Irán, mientras que los reporteros de los países bálticos padecen sobre todo las agresiones de los troles rusos.

El cuestionamiento del secreto de las fuentes periodísticas es otra de las amenazas que afronta el periodismo en Europa. En Alemania (11º, +2), el Gobierno propuso una normativa que penaliza las filtraciones a medios, así como un proyecto de ley que permite a los servicios de inteligencia alemanes hackear (utilizando un software espía) ordenadores y smartphones para obtener información e interceptar comunicaciones cifradas, sin que exista una supervisión judicial. En Rumanía (48º, -1), donde ya se han registrado numerosas violaciones a la libertad de información, se usa indebidamente el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) para que las autoridades, las empresas y los particulares puedan negar a los periodistas el acceso a la información o emprender juicios contra reporteros y medios de comunicación por artículos de investigación que hayan publicado.

Crisis económica

En toda  Europa, las dificultades económicas han acelerado la concentración de los medios de comunicación, lo que amenaza las condiciones de trabajo de los periodistas. En Letonia (22º, +2), que conserva una buena posición en la Clasificación, los nuevos propietarios de LNT, el canal de televisión privado más antiguo, decidieron cerrarlo y despidieron a cerca de 30 periodistas. En la República Checa (40º) Petr Kellner, el hombre más rico del país, compró el grupo de medios de comunicación Central European Media Enterprises (CME), en un movimiento que suscita preocupación en varios países de Europa del Este, donde CME controla importantes canales de televisión.

En Europa central y oriental, los medios de comunicación audiovisuales públicos se han debilitado por las incesantes embestidas de los gobiernos contra su independencia editorial. Es el caso de la radio nacional (BNR) de Bulgaria (111º), de la televisión pública (TVP) de Polonia (62º, -3) y de la radio y televisión (RTVS) de Eslovaquia (33º, +2), en la que los periodistas se siguen enfrentando a las presiones políticas de la dirección. No obstante, se han registrado avances en otros ámbitos.

La situación también se deterioró en Europa occidental debido a la gestión financiera de los medios audiovisuales públicos, poco respetuosa con la libertad de información. En Luxemburgo (17º), una parte de la redacción de la radio pública criticó la injerencia del gobierno en el funcionamiento de la radio, lo que generó una protesta sin precedentes. En Bélgica (12 º, -3), los periodistas salieron a las calles para protestar por la falta de recursos causada por los recortes de presupuesto, por primera vez en el país, lo que impulsó el retroceso de tres posiciones de Bélgica en la Clasificación.