UCRANIA | Las tropas rusas elaboran listas de periodistas para interrogarlos

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Mientras los soldados rusos de la región de Zaporizhzhia, mayoritariamente ocupada, elaboran «listas de personalidades locales a secuestrar» y buscan periodistas para hacerlos colaborar o silenciarlos, Reporteros Sin Fronteras (RSF) recuerda a las autoridades rusas que atacar a los periodistas es un crimen de guerra.

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El sitio web de noticias 061.ua, con sede en Zaporizhzhia, recibió ayer su duodécimo correo electrónico amenazante de una fuente rusa desde el comienzo de la invasión, éste en forma de cuento infantil sobre un periodista con padre nazi.

El anterior, del 17 de abril, era muy concreto: «Todos los periodistas serán responsables de difundir información falsa sobre Rusia y de difundir la propaganda del régimen nazi ucraniano […] Se creará un tribunal militar para todos los que apoyen al régimen nazi dirigido por [el presidente ucraniano] Zelenskiy».

061.ua tiene su sede en la propia ciudad de Zaporizhzhia, uno de los pocos lugares de la región de Zaporizhzhia que no está ocupado. Otro medio de comunicación independiente, Inform.zp.ua, está recibiendo mensajes similares. Estos sitios de noticias también están siendo objeto de ataques DDOS, en los que los sitios son inundados deliberadamente con una avalancha de solicitudes de conexión con el fin de bloquearlos.

En otras ciudades y pueblos de la región -Melitopol, Berdiansk, Enerhodar y Tokmak- los periodistas han recibido «visitas» de soldados rusos, han sido sometidos a interrogatorios y registros, se les ha confiscado el material y, en algunos casos, han sido tomados como rehenes.

Si se niegan a cooperar, sus medios de comunicación son cerrados por la fuerza o incluso pueden ser secuestrados. Eso es lo que le ocurrió a Irina Dubchenko, periodista que trabaja para la agencia de noticias UNIAN y el semanario Subota-plus. Fue secuestrada en Donetsk, en la región de Donbas, el 26 de marzo y no fue liberada hasta el 11 de abril.

Según Natalia Vyhovska, representante en la región de Zaporizhzhia del socio local de RSF, el Instituto de Información de Masas (IMI), «los ocupantes tienen listas de periodistas y activistas a los que vigilan».

El 8 de marzo, cuando un gran número de periodistas fueron tomados simultáneamente como rehenes en Berdiansk, Serhii Starushko, periodista del grupo de medios de comunicación PRO-100, vio cómo los soldados interrogaban a sus colegas para obtener los nombres de otros periodistas y anotarlos en una lista. A continuación, los soldados pueden obtener las direcciones de sus domicilios en las bases de datos de las administraciones locales que controlan en los territorios ocupados.

El uso de estos métodos para localizar a periodistas y otras personas también ha sido denunciado por varios reporteros extranjeros y por el jefe de la administración militar regional de Zaporizhzhia, Oleksandr Starukh.

«Con esta persecución de periodistas ucranianos, las tropas rusas pretenden aterrorizarles y obligarles a callar si se niegan a difundir la propaganda del Kremlin», declara Jeanne Cavelier, responsable del área de Europa del Este y Asia Central de RSF. «Recordamos a las autoridades rusas que atacar a los periodistas es un crimen de guerra».

Svitlana Zalizetska, editora del diario digital de RIA-Melitopol, utilizó una identidad falsa para salir de Melitopol y evitar ser atrapada por esas «listas de personalidades locales a secuestrar». El 23 de marzo, poco después de su partida, su casa en Melitopol fue registrada por dos soldados y un civil rusos, que tomaron como rehén a su padre, enfermo y de 75 años, y le dijeron que sólo lo liberarían si ella acudía a ellos.

Dos días más tarde, acordaron liberarlo a cambio de que ella transfiriera el control del sitio web a ciertos terceros. Pero Zalizetska sigue siendo acosada por teléfono, correo electrónico y redes sociales y recibiendo amenazas idénticas a las que reciben los sitios web 061.ua e Inform.zp.ua, con sede en Zaporizhzhia.

«El pueblo es pequeño y alguien lo señaló»,  explica Vitaly Golod, director del periódico local Nashe Misto-Tokmak, refiriéndose a su casa en la ciudad de Tokmak. El 22 de marzo, apenas dos días después de su marcha a la capital, Kiev, su casa fue registrada por agentes de la inteligencia rusa, que se llevaron documentos y un dispositivo de almacenamiento de datos digitales.

La corresponsal de Industrialne Zaporizhzhia, Kateryna Danilina-Levochko, también había salido ya de Melitopol cuando los soldados rusos fueron a detenerla el 21 de marzo a la casa de sus padres, que era su domicilio social. Le preguntaron por sus actividades y por Mikhailo Kumok, propietario del grupo mediático Melitopolskie Vedomosti (MV), para el que había trabajado en el pasado.

Ese mismo día, Kumok, Evgenia Borian, directora del periódico Melitopolskie Vedominews, y dos periodistas del periódico, Yulia Olkhovskaia y Liubov Chaika, fueron detenidos en sus domicilios y retenidos durante varias horas. A continuación se suspendieron las actividades del grupo mediático y se cerró su imprenta. Los ocupantes rusos publicaron un número falso del periódico, lleno de propaganda, el 7 de abril.

Todos los medios de comunicación impresos de Melitopol, Berdiansk, Enerhodar y Tokmak han dejado de aparecer porque su personal se negó a cooperar con los ocupantes rusos. A principios de marzo, el ejército ruso cortó la emisión de los canales de televisión ucranianos en estas cuatro ciudades.

En la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2021 de RSF, Ucrania ocupa el puesto 97 de 180 países. Rusia ocupa el puesto 150.