UZBEKISTÁN | El Presidente Islam Karimov, Depredador de la Libertad de Prensa, seguirá en el poder

El Presidente Islam Karimov ni se ha molestado en modificar la Constitución de su país -que limita a dos los mandados presidenciales- y se prepara para gobernar su cuarta legislatura tras las elecciones de ayer, 28 de marzo. Uzbekistan se enfrenta a numerosas incertidumbres, pero una cosa es cierta, este “Depredador de la Libertad de Prensa” seguirá gobernando y aplicando la censura en el país. 

“Llegará el día en que nuestros ciudadanos disfruten de la plena libertad, de todas las libertades civiles y, por encima de todo, de libertad de prensa” ha llegado a afirmar Karimov en su campaña electoral. Pero ese día todavía está por llegar. 

Islam Karimov lidera el país desde 1989 sin que nada le impida reforzar su implacable autoridad para reducir las críticas, medidas que incluyen encarcelamientos arbitrarios, detenciones en centro psiquiátricos, desapariciones y torturas. Los periodistas han pegado un alto precio por querer ejercer su profesión. La menos nueve de ellos están privados de libertad actualmente en el país, como Mohammed Bekzhanov, que, tras completar en 1012 los 13 a los que fue condenado, fue sentenciado nuevamente a cinco años más de cárcel.

En contraposición, el Presidente Mohammed Bekzhanov está en todos los medios de comunicación, así como los “logros” de su gobierno, y las advertencias contra las “fuerzas destructivas” que amenazan los “valores de la nación”. Cualquiera que se atreva a cuestionar el optimismo reinante, las cifras oficiales o que se atreva a investigar los problemas sociales del país sabe que lo hace asumiendo grandes riesgos. 

El periodista independiente Solidzhon Abdurakhmanov fue sentenciado a diez años de cárcel en 2008, acusado de tráfico de drogas tras cubrir el desastre ambiental del Mar Aral. Como muchos otros periodistas detenidos, su estado de salud se ha deteriorado seriamente en prisión y sigue empeorando. 

Las web independientes y de oposición llevan tiempo inaccesibles desde Uzbekistan y el régimen sigue adoptando nuevas medidas para vigilar de cerca las comunicaciones, controlando también los teléfonos móviles y bloqueando espacios que logren evadir la censura en Internet.

En un ejercicio de cinismo -o senilitud- Karimov afirma sin embargo que apoya la libertad en Internet. Pero no todas sus declaraciones están tan lejos de la realidad como esa. En 2012 llegó a decir que “escoger la profesión de periodista (…) requiere mucho coraje y sacrificio”. Nada más cierto en Uzbekistán.