RUSIA | La nueva ley liberticida aumenta el control sobre las comunicaciones

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| La nueva ley liberticida aumenta el control sobre las comunicaciones
29.06.2016 18:50

Reporteros Sin Fronteras expresa su inquietud por la nueva legislación antiterrorista que la Duma (la Cámara Baja del parlamento ruso) aprobó en tercera votación el 24 de junio. La norma refuerza el control gubernamental de las comunicaciones y plantea una nueva amenaza para el trabajo de los periodistas.

Siguiendo un patrón establecido en los últimos años, el proyecto de ley fue presentado por la diputada de Rusia Unida Irina Yarovaya el 13 de mayo y, a pesar de las objeciones del sector de la economía digital, fue tramitada de urgencia en la Duma pese a que tendrá un gran impacto en las libertades fundamentales.

Todo lo que queda ahora es la formalidad de la ratificación de la Cámara Alta y la promulgación por parte del Presidente Putin. Entraría en vigor el 20 de julio.

Diversos sectores se verán afectados por la nueva ley, que reduce la edad mínima de responsabilidad penal a los 14 años, y penaliza la “omisión de denuncia” de actividades castigadas por la ley y la “inducción a desórdenes masivos”, una expresión que a menudo se utiliza para referirse a las manifestaciones no autorizadas.

Reforzar el control de las comunicaciones es uno de los aspectos clave de la ley. Los operadores de telecomunicaciones, plataformas de blogs y medios sociales ahora tendrán que almacenar todas las comunicaciones y conversaciones durante seis meses y ponerlos a disposición de las autoridades, incluido el Servicio de Seguridad Federal y la policía (FSB), si se les pide.

Si bien esta disposición probablemente marcará poca diferencia con la vigilancia generalizada ya establecida en Rusia, sí aumentará la vulnerabilidad de los gigantes de Internet internacionales, que ya están expuestos a la posibilidad de sanciones por negarse a cooperar con las autoridades.

El servicio postal tendrá que controlar el contenido de los paquetes, mientras que los servicios de mensajería cifrada como Whatsapp y Telegram serán requeridos para ayudar al FSB en la decodificación de cualquier mensaje que se le solicite, so pena de que les caiga una fuerte multa.

Las redes sociales quedarán en lo sucesivo sujetas a las mismas disposiciones legales que los medios de comunicación con respecto a los delitos de incitación al terrorismo y tolerancia del terrorismo, que conllevan la posibilidad de penas de cárcel de siete años.

Dado que los servicios de seguridad hacen una interpretación amplia de los cargos de “terrorismo” y “extremismo”, se puede esperar una ofensiva mayor contra los usuarios de las redes sociales. Cada semana se envía a la cárcel a ciudadanos rusos por mensajes corrientes, o por compartir y comentar en las redes sociales. Entre las víctimas se cuenta un joven de 21 años de edad condenado a 15 años de prisión en mayo por una imagen que se mofaba de un bautismo ortodoxo.

“Este paquete de medidas antiterroristas es una nueva desgracia que sigue en la evolución, cada vez más represiva, de las leyes rusas de los últimos años”, afirma Johann Bihr, responsable para Europa del Este y Asia Central de Reporteros Sin Fronteras.

“La terminología deliberadamente imprecisa y vaga de la nueva ley que fue tramitada de urgencia en el Parlamento contra las objeciones unánimes de los profesionales digitales permitirá a las autoridades utilizarla con fines arbitrarios y represivos. Es un ejemplo más de los peligros de la tendencia mundial a desmantelar constantemente la protección de los derechos fundamentales en aras de la lucha contra el terrorismo”.

Dos días antes de que se aprobata la ley, Defensor del Internauta ruso, Dmitri Marinichev, describió la legislación contra el terrorismo como una “sentencia de muerte para las telecomunicaciones de Rusia”. Edward Snowden, el denunciante de Estados Unidos que actualmente viven en el exilio en Rusia, lo ha llamado “Nueva Ley del Gran Hermano rusa” y dijo que era “una violación inviable e injustificable de los derechos que nunca debió ser aprobada”.

Rusia ocupa el puesto 148, de 180 países, en la Clasificación Mundial 2016 de la Libertad de Prensa que publica Reporteros Sin Fronteras. Más sobre el país, en el Informe Anual de la organización.