PAKISTÁN | Los periodistas paquistaníes denuncian censuras

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Una semana después del registro de varios casos de censura en Pakistán, Reporteros Sin Fronteras reitera su solidaridad con los periodistas del país y rechaza la forma del Ejército de imponer sus normas a los medios.

Tras una semana excepcionalmente negativa para la libertad dede expresión en Pakistán, medio centenar de periodistas lanzaron ayer una petición condenado los últimos casos de censura. En particular criticaban a varios medios de comunicación por negarse a cubrir temas que los militares no quieren ver difundidos.

El último caso es el del Movimiento Pashtun Tahafuz (PTM, en sus siglas en inglés), que lleva organizadas varias protestas en Pakistán para defender a la minoría Pashtun y denunciar las violaciones de los derechos humanos cometidas por el Ejército contra ella.

Por primera vez en diez años, la gestión de The News, el mayor diario en lengua inglesa del país, censuró a tres de sus colaboradores por sus paginas editoriales, negándose a publicar un editorial de Mosharraf Zaid que pretendía iniciar un debate sobre el PTM, y posteriormente negándose a publicar un artículo sobre el mismo tema escrito por el columnista Babar Sattar.

Finalmente un tercer artículo de Khan Zaman Kakar sobre el PTM también fue retirado de la web del periódico el 15 de abril, siguiendo las órdenes de la gestión del grupo Jang, que posee The News y Geo TV, cuya red de canales también fue bloqueada en abril, supuestamente por intereses del Ejército.

Ayer se informó que los canales de cable habían sido restaurados tras un acuerdo alcanzado entre negociadores del grupo Jang y el “establishment”, un eufemismo muy utilizado para referirse a los militares paquistaníes.

“Los medios están abocados a la autocensura si quieren seguir operando”, denuncia Daniel Bastard, responsable de la oficina Asia- Pacífico de Reporteros Sin Fronteras. “Este chantaje de la gestión de los medios paquistaníes es una evidencia más, si es que fuera necesaria otra, de cómo operan los militares para silenciar a los periodistas que molestan el Ejército del general Bajwa”.

“El comportamiento del Ejército recuerda a las peores épocas de las dictaduras del país, y está afectando seriamente a las prácticas democráticas. A sólo unos meses de las próximas elecciones generales, es el momento de permitir a los periodistas liderar un debate público en total libertad, en cuya ausencia Pakistán perderá toda la credibilidad internacional”, añade.

“Estado profundo”

Otro caso de censura es el control del volumen de los canales de televisión paquistaníes que cubrieron el discurso del 16 de abril de Nawaz Sharif, primer ministro destituido por el TribunalSupremo en julio de 2017.

Un alto tribunal de la provincia de Punjab pidió a la autoridad reguladora de los medios que censurase cualquier pronunciamiento de Nawaz Sharif o su hija, Myriam, que fuese crítico con el sistema judicial. El máximo responsable del Tribunal Supremo ha asegurado a los medios que la norma no tiene un valor coercitivo, pero los medios han optado por cumplir lo indicado y censurarse quitándole el sonido a momentos sensibles del discurso del político en sus emisiones.

En las últimas semanas, Nawaz Sharif y su hija han sido acusados por los militares de llevar a cabo interferencias clandestinas en los gobiernos civiles e intentar controlar las futuras elecciones generales.

Con sus aliados en el sistema judicial, al Ejército paquistaní se le describe a menudo como el “Estado profundo”, una entidad que toma decisiones e impone su voluntad más allá del marco legal y de las autoridades civiles, y que además no tolera al periodismo independiente.

Pakistán ocupa el puesto 139 de los 180 países que conforman la actual Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa elaborada anualmente por Reporteros Sin Fronteras.

Consulta más información sobre Pakistán en el Informe Anual elaborado por RSF-España.

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