Missing en Alepo

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22.07.2015 21:33

 Cuando se silencia a un periodista se mata la libertad

Tres periodistas españoles, tres reporteros “freelance”, permanecen callados desde que hace diez días llegaron a Siria. Se les ha perdido el rastro. Ni voz, ni imagen, ni SMS, ni altas tecnologías que valgan. Sencillamente, han desaparecido. Antonio Pampliega, Ángel Sastre y Manuel López , fueron a Alepo para  informar  de las atrocidades cometidas contra una población civil indefensa, aterrorizada y machacada y no pueden cumplir con su misión. Aún no se sabe qué ha pasado. Ni se puede aventurar  ninguna hipótesis. 

Familia y Gobierno piden la máxima prudencia. Un respeto, que desde Reporteros sin Fronteras hemos guardado desde el primer momento que tuvimos conocimiento privado de este hecho y que seguiremos guardando hoy que la noticia ha saltado ya en todos los foros. Que cada cual haga su trabajo. El de los periodistas es informar de lo que ocurre en todo el mundo siempre respetando la verdad y el de RSF es denunciar los ataques que sufren los profesionales de la información precisamente para que no cuenten verdades inconfesables, ataques contra los derechos humanos, individuales y/o colectivos que ocurren a diario en todo el mundo.

Nadie está seguro en Siria, una nebulosa de grupúsculos, enfrentados a la vez que aliados entre sí y con terceros como las milicias del Estado Islámico, se disputan el dominio del antiguo país del califato Omeya, al margen de los bombardeos de la aviación del “rais”  El Assad, o los drones de Obama.

Siria es, a día de hoy, el país más peligroso del mundo para los periodistas.  Hay que resaltar que de los cerca de 30 periodistas desparecidos o secuestrados en este momento en el país solamente 9 son profesionales extranjeros. El resto son periodistas locales que obviamente no suelen merecer portadas en nuestros medios de comunicación.

Los periodistas tienen reconocida por la ONU la condición de ciudadanos y como tal deben ser protegidos tanto civil como jurídicamente allí donde  se hallen. Desgraciadamente esta resolución no se respeta en Siria, ni en Iraq, ni en Afganistán ni en tantos países actualmente en guerra en el mundo

Ningún profesional debe pagar con la libertad o la vida por hacer su trabajo, que es contar a la gente lo que está pasando donde sea, con quien sea. Ni deben convertirse ellos mismos en protagonistas de los conflictos que de los que han ido a informar, como ocurrió hace cerca de dos años con Ricardo García Vilanova, Marc Marginedas y Javier Espinosa, desaparecidos en Siria y felizmente recuperados sanos y salvos.  Ni ellos entonces, ni ahora Pampliega, Sastre y López, profesionales que  conocen el terreno que pisan cuando trabajan en países en guerra, son gente en busca de fama ni mucho menos “infiltrados”, como se quiso hacer creer por parte de los grupos insurgentes sirios en el caso de los anteriores compañeros.

Como entonces, como ahora, como siempre, desde Reporteros Sin Fronteras, somos una sola voz al decir: queridos amigos y colegas, o esperamos.

María Dolores Masana Argüelles

Miembro de la Junta Directiva de Reporteros sin Fronteras