ARMENIA – AZERBAIYÁN | Expulsión de periodistas extranjeros

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| Expulsión de periodistas extranjeros
07.07.2011 12:49

Reporteros Sin Fronteras expresa su profunda inquietud por las expulsiones de periodistas de Azerbaiyán y Armenia. Mientras que los dos países viven un importante recrudecimiento del conflicto territorial que les enfrenta en el Alto Karabagh, la prensa se ha convertido en rehén de la zona.

“Apelamos a las autoridades armenias y azerbaijanas para que dejen a la prensa al margen de sus enfrentamientos diplomáticos. Los profesionales de los medios tienen que ser libres para desarrollar su trabajo, lo que implica dar cobertura a temas de interés general tan sensibles como la cuestión del Alto Karagah. Ellos deben poder volver al terreno del conflicto sin necesidad de obtener el consentimiento por parte del adversario. El uso de listas negras de periodistas es una práctica inaceptable y, por otra parte, ineficaz”, señala Reporteros Sin Fronteras.

El 1 de julio de 2011, al corresponsal del periódico ruso Izvestia, Yuri Sneguirev, se le prohibió la estancia en Azerbaiyán, tras aparecer en su diario dos artículos sobre Karabah, el 29 y 30 de junio. Este anuncio oficial partió del portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores, Elkhan Polukhov. El periodista fue acusado de parcialidad en sus artículos y de no reflejar más que el punto de vista de la comunidad armenia. En apoyo de estas declaraciones, el ministerio señalaba que Yuri utilizaba los nombres armenios de Stepanakert y Chouchi (frente a la Khankendi y Choucha en azerí). Pero esta terminología es también la más corriente en ruso.

Menos de una semana antes, el 28 de junio, la fotógrafo corresponsal de Bloomberg, Diana Markosian, había sido rechazada por los guardias fronterizos a su llegada al aeropuerto de Bakú. La explicación oficial inicial era que la agencia de prensa había cambiado en el último momento el nombre inscrito en la demanda de acreditación. Sin embargo, la fotógrafa aseguró a RSF que ella había mantenido un contacto regular con Elkhan Polukhov durante las tres semanas precedentes a su llegada y que Bloomberg había enviado todos los documentos demandados. Posteriormente el portavoz del ministerio reconoció que la fotoperiodista no podía trabajar en Azerbaiyán por su apellido de origen armenio, aunque ella fuese ruso-americana y jamás hubiese estado en Armenia.

Oficialmente, Polukhov explicó que “la dirección de Bloomberg había sido informada de que Azerbaiyán está en guerra con Armenia (…). Y que por esta razón podría registrarse problemas para garantizar la seguridad de la armenia Diana Markosian”. “Nosotros pedimos a la agencia que envien a otro periodista en su lugar”. “Si esto es imposible, ¿por qué las autoridades no me lo han dicho antes?”, se interroga la periodista ante RSF.

El 23 de mayo de 2011, al redactor jefe adjunto de la radio rusa independiente Ekho Moskvy, Sergei Bountman, se le había prohibido oficialmente su estancia en Azerbaiyán. Como en el caso de Sneguirev, Polukhov anunció la decisión a raíz de la difusión por la radio de entrevistas a dirigentes de la autoproclamada república del Alto-Karabagh sin haber solicitado la autorización de Bakú. La república es, sin embargo, independiente de hecho, y además se impone una cobertura imparcial de la situación.

Karabagh no es desgraciadamente  el único sitio en el cual el seguimiento de los hechos incita a las autoridades de Azerbaiyán a la expulsión de periodistas extranjeros. El 17 de abril, un equipo de la televisión sueca First National TV fue detenido y conducido al aeropuerto cuando intentaba cubrir una manifestación de la oposición. Poco después un conocido periodista del New York Times tuvo que enfrentarse a no recibir el visado mientras que no sometiese a las autoridades los artículos que había escrito sobre Azerbaiyán y mientras no explicará las razones de porque “tanta información negativa” circulaba en su país.

“Todo esto es demasiado es demasiado estúpido y ridículo. En el siglo XXI se puede estar en Australia y entrevistar a un habitante de Londres, Moscú o Bakú (…). Lo único que las autoridades obtendrán es que nuestros artículos no contendrán más sus opiniones o comentarios, porque ellas tampoco quieren hablar con nosostros”, declara el periodista.

Y es inquietante constatar que, aunque no parece tan represiva, Armenia ha precedido a su vecino en esas actuaciones. El 11 de marzo de 2011, un equipo de cuatro periodistas de la cadena lituana Komanda preparaba un reportaje sobre el Alto Karabagh fue rechazado en el aeropuerto de Ereván después de 28 horas de espera. También varios titulares de la prensa armenia han acusado al productor Andrius Brokas de espionaje en favor de Azerbaiyán. Al mismo tiempo un alto representante del ministerio armenio del Asuntos Extranjeros ha declarado publicamente que el objetivo del equipo “era dañar el prestigio de de Armenia”. Interrogado por Reporteros Sin Fronteras respecto a su posición oficial, el ministerio repondió a través de su consejero Tigran Mkrtchian, en un correo el 22 de marzo, que el equipo había sido rechazado “por razones de seguridad”.

El Alto Karabagh es una región poblada mayoritariamente por armenios pero concedida a Azerbaiyán por Stalin. La región se declaró independiente en 1991, lo que provocó un conflicto arnado muy sangriento y el éxodo de cerca de un millón de refugiados. Desde 1994, el conflcito está ralentizado, y la república del Alto Karabagh se administra de forma autónoma, mientras que las negociaciones de suceden unas a otras. Pero desde hace varios meses, Azerbaiyán multiplica las declaraciones belicosas y se dice dispuesto a retomar los territorios perdidos, mientras que las escaramuzas se multiplican a lo largo de la linea fronteriza.