Contradicciones sobre Internet: el “sí, pero no” de las democracias

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En enero de 2010, en un discurso histórico, la Secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, hacía de la libertad de expresión en línea una piedra angular de la diplomacia estadounidense. Una posición reafirmada en febrero de 2011, en un discurso en el que recuerda: “sobre la cuestión de la libertad en Internet, nos ubicamos del lado de la apertura”. Sin embargo, los principios evocados por Hillary Clinton chocan con el trato dado a WikiLeaks. Algunos días antes de que WikiLeaks publicara los documentos, el Pentágono pidió a los medios de comunicación “no facilitar que se filtren” documentos clasificados relativos a la guerra en Irak, argumentando que se ponía en peligro la seguridad nacional. Los funcionarios estadounidenses hicieron declaraciones muy duras contra el fundador del sitio. Que se emprendan procesos judiciales contra el sitio continúa siendo posible. Según Hillary Clinton, el “incidente WikiLeaks comenzó con un robo” de documentos del gobierno. Sin embargo, ella estima que “WikiLeaks no pone en duda su compromiso a favor de la libertad en Internet”.

Las tendencias en materia de seguridad pública suelen afectar la Web. La empresa RIM, fabricante de BlackBerrys, enfrenta múltiples presiones de Estados del Golfo, así como de Indonesia e India, que intentan tener acceso a los contenidos de sus comunicaciones protegidas (bajo seguridad), en nombre de la lucha contra el terrorismo.

Más allá de la seguridad nacional y de la ciberseguridad, otros problemas incitan a los gobiernos democráticos a relativizar su compromiso a favor de un Internet libre.

El tema de Internet se abordará durante el G20, y no sólo desde el ángulo de la libertad de expresión, también en lo relativo al respeto de los derechos de autor.

En nombre de la protección de la propiedad intelectual, Francia adoptó una legislación que permite, tras advertencias, suspender la conexión a Internet de un individuo que se sospecha descarga ilegalmente de la Web material protegido por los derechos de autor. El principio de la “respuesta gradual” inaugurado por la Hadopi (Alta Autoridad para la Difusión de Obras y la Protección de Derechos en Internet, Hadopi por sus siglas en francés) inspiró otras leyes, especialmente en el Reino Unido, que creó su Digital Economy Act. La ley Sinde en España también prevé medidas de bloqueo de sitios, bajo decisión judicial.

Por otra parte, Francia adoptó una ley sobre seguridad interior que avala un filtraje administrativo de la Web, un principio peligroso emprendido en nombre de la lucha contra la pornografía pedófila. El sistema de filtraje australiano, que ya fue probado, permanece en suspenso, incluso si en el fondo el gobierno no ha abandonado el proyecto.

La muy controvertida ley sobre los medios de comunicación en Hungría permite temer las repercusiones que tendrá para los medios de comunicación en línea y los blogueros, pues posee disposiciones peligrosas para el pleno ejercicio de la profesión periodística y la difusión de información.

Por su parte, Italia intentó regular la publicación de videos en línea a través de un decreto emitido en marzo de 2010. De ahora en adelante, todo sitio que transmita regularmente vídeos debe hacer una “declaración de actividad” ante la autoridad responsable de las telecomunicaciones. El campo de aplicación de este decreto, inicialmente muy amplio, finalmente se redujo a la televisión en línea; ya no se aplica a los sitios tradicionales, blogs, motores de búsqueda, a las versiones electrónicas de diarios y revistas, y a los juegos en línea.

El principio de neutralidad de la Red parece estar cada vez más amenazado. En diciembre de 2010, en Estados Unidos, la Comisión Federal de Comunicaciones (Federal Communications Commission, FCC) adoptó diversas medidas en lo que concierne a la neutralidad de la Web. Se basó en dos principios: el de la transparencia de los proveedores de acceso sobre su gestión de Internet y la prohibición de toda discriminación en la transmisión de contenidos “legales”. No obstante, estas medidas podrían dejar la puerta abierta al filtraje de sitios ilegales y poner fin al Internet ilimitado. Contraria al presidente Obama, la oposición republicana rechaza estas medidas cuestionando la legitimidad de la comisión para decidir sobre esta cuestión. En Francia, bajo el pretexto del riesgo de saturación de la red, el ministro encargado de la Economía Digital llamó a una regulación de la circulación y al abandono del principio de neutralidad absoluta de la Web.

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