TAILANDIA | Reporteros Sin Fronteras evalúa el estado de la libertad de información

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| Reporteros Sin Fronteras evalúa el estado de la libertad de información
09.12.2013 19:25

En medio de la continua inestabilidad y las protestas de la oposición, que a menudo se dirigen hacia los medios de comunicación, Reporteros Sin Fronteras ha compilado la siguiente evaluación del estado de la libertad de prensa en Tailandia y las amenazas a quienes proveen de noticias en el país asiático.

Cuarenta años después de la revuelta estudiantil que derrocó a una dictadura militar, los medios de comunicación tailandeses tienen hoy el derecho a criticar al gobierno. Los principales diarios en lengua inglesa, The Nation y Bangkok Post , y en tailandés –Daily News, Kom Chad Luek , Thairath , Matichon y Khaosod Daily gozan de libertad para decir lo que piensan sobre cualquier asunto, excepto uno: el rey y la familia real.

La mayoría de los periodistas muestra una consideración hacia la monarquía similar a la que demostraron la semana pasada los manifestantes, quienes acataron una tregua durante el cumpleaños del rey Bhumipol en señal de respeto.

Durante el golpe de Estado de 2006, los militares tomaron el control de los canales de televisión con el fin de anunciar un cambio de régimen. La inestabilidad política desde entonces ha sido la principal causa de las amenazas a periodistas tailandeses y extranjeros, y el motivo de la caída de Tailandia en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de Reporteros Sin Fronteras, hoy en el puesto 135 entre 179 países.

La seguridad de los periodistas también se ve amenazada en el sur del país por rebeldes islamistas autores de atentados.

Como resultado de la extrema polarización de la sociedad tailandesa, la mayoría de los principales acontecimientos políticos de los últimos años han tenido un gran impacto en los medios de comunicación, que están atrapados en una lucha de poder entre las dos principales coaliciones políticas.

La sede central en Bangkok de ASTV, un canal de televisión por satélite propiedad de uno de los líderes de la Alianza del Pueblo para la Democracia (PAD), también conocido como los Camisas Amarillas, fue blanco de disparos y granadas en noviembre de 2008. Al mismo tiempo, fue atacada una estación de radio progubernamental y, en Chiang Mai, un locutor de radio a favor de la oposición fue asesinado a tiros.

En 2010, los enfrentamientos en Bangkok entre el ejército y el Frente Unido para la Democracia contra la Dictadura (UDD), también conocidos como los Camisas Rojas, causaron la muerte a tiros de Hiroyuki Muramoto, camarógrafo japonés que trabajaba para Reuters, el 10 de abril, y del fotógrafo italiano Fabio Polenghi  durante un asalto del ejército contra los manifestantes el 19 de mayo de ese año.

Dos meses después de la victoria de los opositores Camisas Rojas en las elecciones de julio de 2011, el periodista Somjit Nawakruasunthorn, de la televisión Channel 7, fue víctima de una campaña de intimidación por parte de esta formación política.

El mes pasado, las protestas en Bangkok contra una propuesta de amnistía para Thaksin Shinawatra, un ex primer ministro que ahora vive en el exilio, degeneraron en violencia contra los medios de comunicación, a los que se acusaba de cubrir las manifestaciones de forma sesgada.

Los manifestantes rodearon los vehículos de Channel 3 y Channel 7 e invadieron las oficinas de varios medios de comunicación. El 25 de noviembre, el periodista freelance alemán Nick Nostitz escapó por poco de una turba azuzada por uno de los líderes de la protesta, que acusó al reportero de ser un “camisa roja” partidario del gobierno.

Las amenazas de demandas y procesos judiciales agravan los peligros físicos. Los periodistas tienen mucho cuidado con su información política para evitar represalias judiciales por parte de funcionarios del gobierno o de representantes de la oposición. En mayo de 2011, las autoridades hicieron incursiones en diez emisoras de radio comunitarias en la región de Bangkok que estaban vinculadas a los Camisas Rojas.

Las autoridades utilizan la amenaza de un cargo de lesa majestad -en virtud del artículo 112 del código penal- para amordazar a los medios de comunicación más críticos. Cualquier ciudadano puede presentar una denuncia acusando a alguien de una violación del artículo 112 y se exige a las autoridades que investiguen todas las denuncias.

Según dicho artículo, “cualquier difamación, insulto o amenaza al rey, la reina, el príncipe heredero o el regente” es culpable de lesa majestad.

Ha sentado un precedente inquietante la reciente decisión de un tribunal de Bangkok de mantener la pena de prisión suspendida para Chiranuch Premchaiporn, Jiew , directora del periódico digital Prachatai, por los comentarios críticos con la monarquía publicados por los visitantes del sitio. Quienes acojan contenido online, ahora pueden ser considerados responsables directos de lo que publican terceros.

La sentencia de 11 años de cárcel que le cayó en enero de 2013 a Somyot Prueksakasemsuk, director del bimensual Voice of Thaksin ha tenido un efecto disuasorio en toda la prensa nacional.

La Comisión Nacional de Radiodifusión y Telecomunicaciones (CNTS), organismo creado en diciembre de 2010 para regular el sector de los medios de difusión y las telecomunicaciones, debe responder a muchas cuestiones que se le han planteado sobre métodos y transparencia, y todavía tiene que contribuir al debate sobre el artículo 112.

Los blogueros independientes también se exponen a los cargos por lesa majestad. Con casi un tercio de la población conectada a Internet, la blogosfera tailandesa no sólo es muy activa, sino que también se ve sujeta a un estrecho control, especialmente aquellos vinculados a la monarquía.

El Ministerio de Justicia creó a finales de 2010 una unidad de “ciberexploradores” para localizar contenidos digitales “ilícitos”. En enero de 2011 se habían bloqueado entre 80.000 y 400.000 URL (direcciones web). Resultaron frecuentemente censurados sitios alternativos de noticias sospechosos de apoyar a los Camisas Rojas fueron; las críticas al gobierno vertidas en un blog acaban a menudo en acusaciones de lesa majestad.

Con una tasa de condenas en juicios por lesa majestad de alrededor del 95%, todo indica que las autoridades tienen la intención de seguir utilizando este arma. De hecho, el Ministerio de Tecnologías de la Información y de la Comunicación, dijo en octubre que quería modificar la ley de lesa majestad para que las autoridades pudieran bloquear webs sin tener que pasar por un juez.

A medida que las actuales protestas se intensifican, y a pesar del anuncio del primer ministro Yingluck Shinawatra de disolución del parlamento, los periodistas están cada vez más expuestos a dos bandos: manifestantes indignados y fuerzas de seguridad que podrían decidir en cualquier momento el fin de las protestas.

Reporteros Sin Fronteras pide a las fuerzas de seguridad y los manifestantes que no ataquen a los periodistas y trabajadores de los medios, independientemente de la posición política que adopten los medios de comunicación que los emplean.