Juan Carlos Reyes Ocaña, periodista de la pequeña agencia Holguín Press, fue arrestado por la mañana del 29 de enero de 2010 por unos efectivos de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), para ser llevado más tarde a un cuartel bajo acusación de “desacato”, “desobediencia” y “actividad económica ilícita”. Puesto en libertad al día siguiente, mantiene una huelga de hambre mientras espera el juicio que le podría valer una condena de cárcel.
Acosos a blogueros, detenciones arbitrarias y malos tratos a presos políticos siguen siendo las características de un régimen que no tolera ninguna información fuera de su control y cuyos tímidos progresos desde febrero de 2008 se quedan en el umbral de los derechos humanos. Faltando a su palabra, las autoridades de La Habana nunca ratificaron los dos Pactos de la ONU relativos a los derechos civiles y políticos – firmados cuando Raúl Castro asumió el poder oficialmente -, los cuales incluyen la libertad de expresión. La normalización de las relaciones con Cuba preconizadas particularmente por la presidencia española de la Unión Europea no puede saltarse las libertades fundamentales.
No se consintió ningún gesto humanitario a favor de los periodistas arrestados durante la “Primavera Negra” de marzo de 2003, entre los que se encontraba Ricardo González Alfonso, condenado a veinte años de prisión. Al sufrir problemas de salud, incluso pulmonares, el corresponsal de Reporteros sin Fronteras y fundador de la revista De Cuba, recibió con retraso, el 26 de enero de 2010, un tratamiento que llevaba meses esperando. A pesar de su estado, permanece confinado en su celda en la prisión Combinado del Este (La Habana).
Otro preso de la “Primavera negra”, también condenado a veinte años de prisión, Juan Carlos Herrera Acosta, de la Agencia de Prensa Libre Oriental (APLO), denunció recientemente los malos tratos y privaciones de alimentos de las que fue objeto junto con otros codetenidos (ver el vídeo). Encarcelado desde hace seis meses, el médico y colaborador de medios de comunicación disidentes Darsi Ferrer, recibió, por su parte, una paliza dentro de la celda cuando estaba esposado.
La represión apunta también a los blogueros y usuarios de Internet. Dos estudiantes fueron expulsados en enero por un trabajo de información “no autorizado”. A Darío Alejandro Paulino Escobar se le echó de la Universidad de La Habana por haber creado una página en la red social Facebook, que contenía el balance de una reunión de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC). Hija del preso político Félix Navarro, Saylí Navarro, conoció la misma suerte en la Universidad de Matanzas por sus actividades como periodista independiente.
El pasado 6 de noviembre, la Seguridad del Estado maltrató a los blogueros Yoani Sánchez, creadora de la plataforma Generación Y (https://www.desdecuba.com/generaciony/), y a Orlando Luis Pardo, en vísperas de una manifestación. Otro tercero, Luis Felipe Rojas, fue arrestado dos veces en diciembre y condenado a arrestos domiciliarios.
